cuentos cortos de terror - V- El Guardia-
Hace
años que trabajo de guardia. Algo así como veinte años. Pero me mantengo joven.
Probablemente porque no tomo, no fumo, no trasnocho, excepto cuando hago
turnos. Tengo buena piel. Me mantengo muy joven pese a mis cincuenta años.
Desde
que tengo memoria siempre fui tranquilo. En casa me esperan mis hijos y mi
esposa. Todos los días. Todas las noches.
He
trabajado en muchos lugares de guardia. Siempre rehusé trabajar aquí porque no
me gustaba el exceso de soledad. Sobre todo por la noches. Trabaje en bancos,
malls, estadios, bares, discoteques, supermercados, tiendas de ropa, cuidando
bodegas, patio de autos, entre otros lugares.
Pero
nunca había trabajado en un cementerio. Como les contaba odiaba su soledad. El exceso
de silencio. El silencio también hace ruido, pero en el corazón. En los
recuerdos. En la memoria.
La
soledad tiene un tono musical que a veces requiero pero otras detesto. Esta noche
ha estado todo tranquilo. Nunca ha pasado nada. Nunca he visto monstruos,
fantasmas, apariciones, moverse cosas, ruidos extraños, o cualquier fenómeno inexplicable.
Nunca he visto nada extraño.
Me
paseo por los pasillos del cementerio, veo lapidas, mucha historia, muchos
relatos, muchas despedidas, mucha lágrimas, mucho dolor.
De
pronto, me avisa por radio mi compañero que mi esposa estaba en la entrada. Camine
hacia la entrada pero no había nada ni nadie. A lo lejos se escuchaba un
sollozo. Me acerque, estaba muy oscuro. No lograba ver bien. Tuve que acercarme
mucho más hasta estar casi al lado de quien sollozaba. Era mi esposa. Estaba llorando.
Le pregunte:
-
¿Qué pasa mi amor? Por qué lloras.
-
….
Pero no contesto. Dejo una flor. Miro al cielo. Y siendo las
20.48 hrs. Pude darme cuenta que mi esposa no solo me visitaba a mí.
Sino que también,
visitaba mi tumba.
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