El Enfermo. Parte II. Dedicada a mis amigos de Alemania
Un amigo del enfermo un día intento saber que profesión tenía. No encontró profesión alguna. Ni siquiera poseía un oficio. No obstante, el enfermo creía ser soldado, pintor, artista visual, político y escritor. El enfermo se creía soldado y realizaba rituales que realizaba todos los días. Siempre a la misma hora, siempre en el mismo lugar, siempre con las mismas personas y siempre seguía un patrón. El enfermo decía ser inteligente. Pero no lo era. Era sumamente predecible. Cuando se le preguntaba si era feliz siempre asentía de manera positiva. Pero, en su mirada existía una pequeña desviación del ojo derecho lo que indicaba su poca coherencia entre sus ideas y sus acciones. El cuerpo humano es muy inteligente. El cuerpo humano está hecho de mente y cuerpo. De idea y de carne. Cuando la idea y la carne no son coherentes el cuerpo lo expresa. A través de una enfermedad o de algún deterioro o daño. El enfermo era hipocondriaco. Cuando algo le pasaba, cuando no lo es