Infausto . Parte II -
Habiéndome acordado de esto me
siento en mi escritorio nuevamente. Ya son las 14.30 Hrs. Pongo música. Dejo mi
taza de café en mi escritorio. Me siento cómodamente. Y como por acto de magia
comienzo a viajar…
Dormía. Soñaba. A veces se duerme y no se sueña. Yo duermo y
sueño mucho. Me recordé en la universidad. Muchos sueños. Mucha energía. Según yo,
era un revolucionario. No seguía ningún partido político y ninguna tendencia política
de esa época. Bueno, mi profesor decía que, aunque uno no tuviera un ideal político
de todas formas se hacía política. Mi profesor en una clase una vez definió el concepto
político. Señalo que política tenia distintas definiciones.
Algunas de ellas eran; manejo, habilidad, arte, traza,
capacidad, estrategia, actitud y astucia.
Recuerdo además que ninguna de
las definiciones que nos entregó compartí. Excepto por una; ARTE.
El profesor señalo esa clase:
- La política
también es un arte. es el concepto que engloba todas las creaciones realizadas
por el ser humano para expresar una visión sensible acerca del mundo, ya sea
real o imaginario. Mediante recursos plásticos, lingüísticos o sonoros, el arte
permite expresar ideas, emociones, percepciones y sensaciones.
No hubo más que silencio ese día
en la clase. Deben haber pasado tres minutos. Y nadie hacia preguntas. Como nadie
hacia preguntas me atreví a hacer algunas:
- Profesor.
Usted dice de entre todas las definiciones de política, que una de ellas es
ARTE.
- Así es.
- Y entiendo
que arte es creación pura.
- Muy bien.
- También
entiendo que esas creaciones son para expresar una visión sensible de lo real
como lo imaginario.
- Excelente.
- Entiendo
también que arte puede ser expresada con distintos recursos y que permite
expresar ideas, emociones, percepciones y sensaciones. Pero, hay algo que no
entiendo.
- Así es.
¿Pero qué parte no entiendes?
- Es esa
parte de la visión sensible de lo real o imaginaria.
- Sigo sin
entender.
- Le explico.
A mi juicio, los políticos y la política se preocupan más bien de lo imaginario
que de lo real.
- ¿De dónde
saca usted tal información?
- Bueno,
usted también es parte de la historia. Una historia que se hace haciendo. Yo tengo
17 años – años que desearía tener otra vez- y todos los días por distintos
medios se comunican diversos problemas. También tuve diez años profesor y no he
visto cambio alguno desde mi niñez hasta ahora. O sea, que los políticos y su política
no se encargan de real. Más bien estarían trabajando en un mundo virtual e imaginario
donde las leyes de lo ficticio tenderían a conquistar a las mentes de una población.
Por otra parte, en la clase de historia y geografía la profesora nos contaba la
historia de las civilizaciones. Y no han existido cambios radicales en la vida
del ser humano. Por ejemplo, los pobres siempre han existido. Y así como vamos
siempre existirán. Y así como vamos en toda civilización existirá un héroe o un
político que dirá que sacara al pueblo de tal desgracia.
- Excelente
análisis. Me espera en la sala del director.
Y bueno, termino la clase. Y bueno, desperté. Debo haber
dormido unos treinta minutos. Mi secretaria me despertó. Me señalo que me
preparara porque en veinte minutos nos iba a visitar de manera sorpresiva el
jefe máximo de nuestra empresa.
Le dije que muchas gracias. Y la mire. No obstante, ella –
mi secretaria- no estaba bien. Le pedí que se acercara un poco a mi escritorio.
Tenía los ojos un poco hinchados. Le pregunte el por qué. Me dijo que era una
infección ocular. Le pedí que no me mintiera. No me mintió más y me dijo:
- El jefe
viene. Y los compañeros me dicen que viene a expulsar gente.
Entendí entonces el tamaño de sus ojos. Como nunca trabaje
bien bajo presión – y es una competencia que toda organización estúpidamente requiere-
me dirigí al baño, me lave la cara, me peine y salí a la puerta de mi oficina. Todo
el mundo corría, todo el mundo gritaba, todo el mundo llamaba por teléfono. ¿Por
qué?
Porque el jefe se acercaba…
CONTINUARA….
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