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Para - Normal: Un Viaje al Cosmos / La Casa Familiar - Parte 1

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  Toda familia hereda casas o departamentos. Algunos bienes están en la ciudad, otras en la playa, otras cerca del rio, algunas en montañas, y otras en el campo. En mi caso herede una en la ciudad, una en la playa, una cerca del rio, una en la montaña y otra en el campo. Todo esto gracias a mis abuelos que emprendieron una empresa hace más de cien años de galletas. Aunque no me gustaban, eran muy ricas. Y lamentablemente, mis abuelos ya no estaban conmigo. Esta vez junto a Emily habíamos decidido ir al campo. A ella le encantaba. A mí no. Yo prefería la playa. La casa en cuestión quedaba en el corazón de un apacible pueblo, a ocho horas de la ciudad. El pueblo era muy tranquilo. El campo estaba  rodeado por campos de maíz y bosques frondosos. En medio, se alzaba una antigua casa. Grande y muy linda. Mi casa. Cuando llegamos nos esperaba Doña Norma y Don Carlos, nuestros cuidadores por años de la casa. Ellos compartieron mucho tiempo con mis abuelos. Yo recién comenzaba a conoce

7 Días - Primera Parte

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  Nunca salgo a caminar. Pero,  esta vez sentí ese loco impulso deportivo me hizo vestir, poner mis zapatillas, mi camisa blanca con mangas largas, mi buzo negro, mi bastón – para subir lomas- ,   mi botella con agua y partí a caminar a un cerro muy cercano a casa.                   Con un poco de música subí y subí hasta llegar a lo más alto del cerro. Me senté, observe y respire profundamente. La vida es hermosa me decía. de no ser por las deudas estaría en el paraíso.                  Recordé que en casa mi esposa dormía con mi hijo recién nacido. Era la primera vez que era Papá. Es una sensación muy extraña. Cuando se es Papá se recuerda mucho al papá de uno mismo. Tantas cosas que me decía Papá y en su momento no lo entendía. Pero, la vida es demasiado sabia. Ahora, le tomaba el peso y la profundidad a sus consejos, alientos, palabras y explicaciones.                 Aún vivía. Al igual que mamá. Mamá era un poco más seria. Pero tierna, suave y muy buena compañera. Cuando

Cuentos cortos de terror - VI- Blackout - Parte I

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Blackout. 14.37. Hrs En cualquier hospital. En cualquier lugar.                 Últimamente, no me he sentido muy bien. Me duermo solo. Cada una hora, entro en un profundo sueño. Ahora, me encuentro en el hospital. Pero ayer estaba en la playa disfrutando de mis vacaciones.                 Me han tomado muchos exámenes. Algunos médicos dicen que es debido al stress.   Otros médicos señalan que mi estado se debe a una mala alimentación. Hace poco vino el neurólogo y me indico que probablemente tenía un tumor. También vino el cardiólogo y me diagnosticó un soplo al corazón. Sin embargo, aún no se ponen de acuerdo en el diagnostico final. Me dijeron que a la tres de la tarde vendría el director del hospital a traerme las buenas o las malas noticias.                 Aun soy joven. Mientras espero repaso mi vida. No he sido un mal hombre. Al contrario, he sido un ser humano con todas sus letras. De ser una noticia fatal la asumiré con valentía. No le tengo miedo a la muer

Cuentos cortos de terror - II- Sed.

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Martes 7 de enero de 2020. 03.33 Hrs.             Obviamente odio que me de sed de noche. Y despierto a la misma hora siempre. Con la garganta apretada. Con mucha sed. Como si hubiera corrido una maratón. La cocina queda en el primer piso. Yo duermo en el segundo. Antes de bajar por un vaso de agua reflexiono como cinco minutos. Me decido a bajar. Bajo las escaleras lentamente para no caer. La luz se ha ido. Tomo el vaso y lo lleno de agua. Me lo llevo a la boca. Disfruto como se apaga la sed. Pero,  algo se quema en mi, y siento  como mil fuegos ascienden por mis pies y terminan en mi cabeza.  Siento como el agua sale rápidamente por mi garganta, mi estómago, mis manos, mis pies, y siento unas inmensas ganas de dormir. Miro el color del agua que me sale del cuerpo. Su color ha cambiado. No es transparente. Es de color rojo.            

El Títere

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El Títere. El títere conoce al imbécil, al vago, al enfermo. Pero ellos no lo conocen.             Todos conocen al títere. Pero jamás al titiritero. El titiritero se esconde. El titiritero no muestra su cara. El titiritero es macabro. El titirero tiene muchos títeres.             Nuestro títere es normal, típico, especial, exclusivo, arrogante, sin estudios, ignorante, lo sabe todo y no sabe nada.             El titiritero   exalta – enaltece-  a un líder carismático. El títere piensa y así se le hace creer,  como una especie de deidad angelical que resolverá, de una buena vez y para siempre, los problemas del pueblo. El titiritero juega a ser dios. El títere juega  a ser el profeta. La palabra es el vehículo específico de interacción del títere. El títere  se siente el intérprete supremo de la verdad general y también la agencia de noticias del pueblo. Habla con el público de manera constante, atiza sus pasiones, “alumbra el camino”, y hace todo ello sin li

Autómata - De la producción a lo humano - El Banco - Tercera reflexión.

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Banco de la ciudad. Lleno de clientes. Todos hablan. Todos hacen silencio. El guardia te mira. En algún lugar de la ciudad.                 Miro la fila y me doy cuenta que me toca el puesto número 33. Treinta y tres personas antes de mí. Treinta y tres almas necesitan de la orientación del banco. No tengo paciencia.             L a paciencia es un arte. Miro a mí alrededor. Todos están a punto de estallar. Todos no tenemos paciencia. Calculo y me atenderán en una hora más. El tiempo es oro. ¿Por qué perder tiempo en una fila? ¿Por qué no ocupar internet para hacer tramites? La respuesta es fácil: siempre cobran de más. Nadie es millonario. Poco lo son.                 La paciencia es un arte. A mi padre y a mi madre les costó años enseñarme el valor de la paciencia como teoría y como práctica.             Paciencia es aguante. Pero el aguante tiene límites. Y quien aguanta mucho en algún momento revienta. De alguna u otra forma.   Paciencia es e

El enfermo. Parte III. Dedicada a mis amigos de alemania

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Pero existen muchas diferencias entre creer en alguien y sentir admiración por alguien. Al enfermo solo le creían. Pero nadie lo admiraba. Al contrario, como el enfermo era mentiroso producía en las personas un rechazo inmediato que hacia no tener ganas de estar a su lado. Muchas veces para que terminara de una vez sus invenciones e intervenciones no lo interrumpe para dejar de contaminar el ambiente con sus supuestas verdades. La idea era que el enfermo terminara luego su intervención y el silencio se hiciera cargo de cualquier sala que el enfermo pisara.  Después de que la gente comenzó a creer en él, el enfermo se inventó una historia política. Nadie de su familia era política ni político. Al contrario, el enfermo provenía de una familia muy humilde con valores distorsionados en donde creían que lo bueno era pisar o pasar a llevar a todos y todas con tal de obtener resultados. Como sus corazones estaban llenos de malaventuras pensaban que el mundo era como el

El Enfermo. Parte II. Dedicada a mis amigos de Alemania

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Un amigo del enfermo un día intento saber que profesión tenía. No encontró profesión alguna. Ni siquiera poseía un oficio. No obstante, el enfermo creía ser soldado, pintor, artista visual, político y escritor. El enfermo se creía soldado y realizaba rituales que realizaba todos los días. Siempre a la misma hora, siempre en el mismo lugar, siempre con las mismas personas y   siempre seguía un patrón.   El enfermo decía ser inteligente. Pero no lo era. Era sumamente predecible. Cuando se le preguntaba si era feliz siempre asentía de manera positiva. Pero, en su mirada existía una pequeña desviación del ojo derecho lo que indicaba su poca coherencia entre sus ideas y sus acciones. El cuerpo humano es muy inteligente. El cuerpo humano está hecho de mente y cuerpo. De idea y de carne. Cuando la idea y la carne no son coherentes el cuerpo lo expresa. A través de una enfermedad o de algún deterioro o daño. El enfermo era hipocondriaco. Cuando algo le pasaba, cuando no lo es