Cuentos cortos de terror - VI- Blackout - Parte I
Blackout.
14.37. Hrs
En cualquier hospital. En cualquier lugar.
Últimamente,
no me he sentido muy bien. Me duermo solo. Cada una hora, entro en un profundo
sueño. Ahora, me encuentro en el hospital. Pero ayer estaba en la playa
disfrutando de mis vacaciones.
Me
han tomado muchos exámenes. Algunos médicos dicen que es debido al stress. Otros médicos señalan que mi estado se debe a
una mala alimentación. Hace poco vino el neurólogo y me indico que
probablemente tenía un tumor. También vino el cardiólogo y me diagnosticó un
soplo al corazón. Sin embargo, aún no se ponen de acuerdo en el diagnostico
final. Me dijeron que a la tres de la tarde vendría el director del hospital a
traerme las buenas o las malas noticias.
Aun
soy joven. Mientras espero repaso mi vida. No he sido un mal hombre. Al
contrario, he sido un ser humano con todas sus letras. De ser una noticia fatal
la asumiré con valentía. No le tengo miedo a la muerte. Ya que, no la conozco.
Más miedo les tengo a los vivos.
Quedan
diez minutos para que llegue el director del hospital a darme la noticia. Sigo
repasando mi vida. Jamás me había pasado esto. Intento pensar en que me podría haber provocado lo que sufro ahora. No obstante, se me vino a la memoria
una idea, un recuerdo, un flash de la primera vez que sentí algo como esto.
Debo
haber tenido nueve años. Estaba en el patio de mi casa. Jugaba con mi mascota.
Le tiraba una pelota y el perro me la traía mientras ladraba. Recuerdo haber
sentido una extraña sensación de desmayo más unas palabras salidas de quien
sabe dónde pero que sentí dentro de mi cabeza. Era lenguaje ininteligible. Algo
así como la combinación de sonidos de ratas más insectos. A veces agudas y a
veces muy graves.
Recuerdo
también que estuve en terapia por largos años, ya que, no podría dormir debido
a que no entendía que decían las voces. Al parecer, los años me ayudaron a
olvidar. No obstante, en la actualidad estaba sintiendo lo mismo que ese día.
Entro
el doctor. Se sentó muy cerca de mí. Comenzó a hablar:
- - Buenas tardes. Encontramos su diagnóstico. No es
muy alentador.
- - ¿Me voy a morir? – pregunte con tranquilidad-
-
- No lo sé.
Eso solo dios lo sabe.
- - Pero si no es alentador es porque algo malo
tengo. Dígame directo y sin rodeos
doctor.
- - Está bien- dijo el doctor- tiene una lesión en
el cerebro lo que no le está permitiendo realizar sus actividades con
normalidad lo que prrrssss kfjghelnirue lskjfnvhr
slslskdjdirssssssssssssprprprpsklskdj.
- - Doctor disculpe. No le entiendo. Creo que son
los efectos de los tranquilizantes me podría repetir lo que me dijo porque no
le escuche bien. ¿Qué es lo que tengo?
- - Lskjdnc mdndnchdg mkmsnyetecvdgsnc
mksmsmsierm lslskd mnsbchdgdtegfbsnc
msncjnuytrhdgtfrbsvsashuimarrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr
aaaaaaaaaaaaaaa
rrrrrrrraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaashismarrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr.
Después de eso y de la distorsión de la voz del médico tuve otro
desmayo. Aparecí en el mismo hospital. No obstante, muchas cosas cambiaron. Era
todo parecido pero no igual.
Estaba en una camilla de aluminio al parecer. Abrí los ojos. Levante
mis manos. Moví mis piernas. Y se me ocurrió mirar al lado. Cuál fue mi
sorpresa que no estaba solo. Estaba
acompañado de un ser muy extraño. ¿Había muerto?
Lo mire. Intente saludar. Tenía su cabeza más grande de lo normal. Lo volví
a saludar.
- - ¿Quién eres?- pregunte-
- Todo a su tiempo. Ya te lo diré.
Lo importante es que te encontramos. Y no, no estás muerto.
Dijo esa voz en el interior de mi cabeza.
Ojala haya una secuela
ResponderBorrarEn camino . Gracias por leer
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