Día 4 de 57 -
“…Toma mi mano. Viaja conmigo. Los viajes son especiales. Lo que algunos llaman magia otros le llaman ciencia. Toma mi mano descansa. Juega conmigo. Imagina. Dónde va el pensamiento va el alma. Toma mi mano. Confía en mí, en ti, en nosotros, en vosotros, en ellos. Dónde va el pensamiento va el alma…”
No puedo dormir ¿tú puedes dormir? Bajo al living, me paseo por la cocina, voy al baño, vuelvo a la cocina, vuelvo a living y me siento en la sala de estar. Pienso, luego existo. Existo y dejo de pensar. Apago las luces. Pasan unos quince minutos. Veo que el dormitorio de mi hijo esta con su luz prendida. Golpeo su puerta. Entro y le pregunto:
- ¿No puedes dormir?
- Nop – me responde con su lenguaje adolescente-
- Ni el mismo Bud Bunny nos salvara de esta.
- Tampoco Sting ni Phil Collins ni Led Zeppelin ni Kiss ni Guns and roses.
Me río. El también. No es difícil sacar una sonrisa. Y más fácil es sacar una sonrisa cuando se codea con el miedo. Charlamos de sus juegos de play station 4. Yo le comento de los juegos de Atari. Se vuelve a reír. Me mira con cara de atrasado computacional. Me mira con cara de ignorante tecnológico. Le respondo diciendo:
- Es lo que había.
Hablamos como media hora. Le pregunte acerca del ultimo cuento que había leído. Le pedí que me lo comentara. De eso hasta el final pasaron unos veinte minutos. Pero, aun no teníamos sueño.
Le pregunte si conocía a Julio Verne. Le Pregunte si había leído de la Tierra a la Luna(Léanlo) Me dijo que no. Le comenté que era un tipo que imagino como serían las cosas después de casi cien años. Es decir, le relate que un hombre común y corriente escribía hace cien años de nuestra actualidad. Su cara cambio y me dijo que no lo podía creer.
- ¿Acaso era adivino?
- No. Era escritor. Autor, novelista y dramaturgo.
- No debe haber ganado mucho dinero.
- No lo sé. Pero dejo de herencia sus escritos a la humanidad.
- Y de que se trataba la historia.
- Te la contare. Pero después a dormir.
- ¿Hecho?
- Trato hecho.
Le conté brevemente que se trataba de un tipo que había inventado un cañón o arma de fuego. El creador se llamaba Maston y era de un club llamado Gun-Club. Un día se les ocurrió ir a la luna. No obstante, el cañón deberá situarse en un lugar entre el ecuador y el grado veintiocho de latitud norte o sur, debería apuntarse al cenit del punto del disparo, el proyectil – cohete - debía demorarse tres días en llegar a la luna. Al final el cohete salió de las montañas Rocosas en Missouri con tres personas a bordo. Toda la Tierra había colaborado para ir a la luna. Tuvieron muchas aventuras y fueron felices para siempre.
- ¿Eso es todo?
- Si. Eso es todo.
- Bastante corto el cuento.
- Tienes que leerlo.
- Está bien.
- Buenas noches.
- Buenas noches.
Apague su luz. Le di un beso y le dije que lo quería mucho. Mientras subía a mi cama y me acurruque para dormir no solo recordaba lo que le había contado a mi hijo. Sino que mientras le relataba el cuento podía ver como sus ojos estando abiertos viajaban a través de las palabras y del relato que le hacía. Esa parte es fascinante en el ser humano. La capacidad de imaginar. Todos imaginamos. Sin embargo, algunos son mejores en imaginar cosas positivas. Y algunos son campeones en imaginar cosas negativas.
Esto significa que un buen relato te puede hacer viajar. Por que donde va el pensamiento va el alma. Me despido de mi esposa para dormir y le digo: todo va estar bien. Y se acurruca.
Ahora todos duermen. Menos yo. Paradójico. Pero, comienzo a imaginarme como en el cuento de la Tierra a la Luna que todos los habitantes de la Tierra habían cooperado para el viaje de los protagonistas. Me imagine que mañana todos podemos cooperar para salir de esto que nos embarga. Es decir, que todos juntos podemos lograrlo.
Claramente, no viajaremos de la Tierra a Luna, sino que de la Tierra a la misma Tierra a través de fe esperanza, paciencia, tolerancia, y un interminable listado de palabras positivas.
Me empieza a dar sueño. Pero antes de dormir recuerdo la oración: dónde va el pensamiento va el alma. Y la repito como quien cuenta ovejas para dormir.
Dónde va el pensamiento va el alma…
Dónde va el pensamiento va el alma…
Dónde va el pensamiento va el alma…
Dónde va el pensamiento va el alma…
Dónde va el pensamiento va el alma…
Dónde va el pensamiento va el alma…
Y por fin me duermo.
Hasta mañana…
Comentarios
Publicar un comentario