El principio del orden mundial - Parte II -
Nací en una época convulsionada. En una época donde
los valores, la moral y la ética habían alcanzado un nivel de subjetividad muy
alto. Todo era moral, todo era ético. Todo dependía del sujeto. Por tanto, todo
era moral, todo era ético. Lo subjetivo depende del sujeto. Lo subjetivo es el resultado de la construccion del sujeto. Todos son distintos, todos son subjetivos. Lo subjetivo se relaciona con la opinion y los intereses propios del sujeto. Todos tienen opinion. Todos tienen intereses.
Todos tenían la razón. Todos creían tener la razón.
Todos pensaban en tener la razón. Todos creían en un dios. Todos creían en un diablo.
Todos tenían razón.
Yo, era un hombre de paz. Nunca fui a la
guerra. De hecho, en varias ocasiones me autoproclamé inepto, enfermo, y hasta
discapacitado. No quería ver un arma. No era amante de la sangre. Pero si era
amante de la razón. De la lógica. Del desarrollo del pensamiento crítico. Nunca
hice el servicio militar. Mi guerra tenía otro terreno. El terreno de mi guerra
era la mente. Mi guerra era la de las
ideas.
La mente es un terreno rico en corrientes. A veces, una corriente es potente, A veces, una corriente es debil. A veces, sin previa investigacion una corriente de ideas puede crear. A veces, sin previa investigacion una corriente de ideas puede destruir.
Después de la exposición de mis ideas se armó un gran revuelo, ya que, jamás se había presentado la tesis de que alcanzar altos niveles de subjetividad podría generar la destrucción de la especie humana. Siempre pensé en la estabilidad de una ley universal. De un orden pensado para el hombre y por el hombre. Y claramente para la mujer. Y los herederos.
La mente es un terreno rico en corrientes. A veces, una corriente es potente, A veces, una corriente es debil. A veces, sin previa investigacion una corriente de ideas puede crear. A veces, sin previa investigacion una corriente de ideas puede destruir.
Después de la exposición de mis ideas se armó un gran revuelo, ya que, jamás se había presentado la tesis de que alcanzar altos niveles de subjetividad podría generar la destrucción de la especie humana. Siempre pensé en la estabilidad de una ley universal. De un orden pensado para el hombre y por el hombre. Y claramente para la mujer. Y los herederos.
La razón y la emoción deben ir de la mano. No pueden
ir separados. Separarlos es pensar sin ideas. Separarlos es pensar bajo la base
de lo instintivo.
Todos creen tener razón. Nadie escucha. Pero es
distinto a oír. Cualquiera puede oír. Pero, no todos saben escuchar. Escuchar es
un arte.
Escuchar es el eco de nuestra propia mente. Escuchar
es la brisa producto del encuentro de la diferencia de las ideas. Y de cómo
estas forman un sonido en la mente. El sonido final es la conclusión. La conclusión
es solo un cierre. Un cierre con un tiempo y espacio. Las conclusiones no son
para siempre. Dura lo que dura la lluvia
en invierno. O un extenuante sol de verano. Una conclusión dura lo que dura el
amor. Fogosa, trascendental, instantánea a veces, pero fugaz. Las conclusiones
son como la verdad.
La verdad no es para siempre. La verdad oprime
al libre pensador. La verdad no deja reflexionar. La verdad es un arma de doble
filo. Por un lado, arma y desencadena una serie de pensamientos. Pero por otro,
cierra toda posibilidad de seguir creando.
La creación es la vía regia para salvar a la
humanidad. Lo demás, son solo instantes. Instantes que ciertas personas quieren
dilatar en el tiempo y el espacio.
La creación comienza en un punto y es eterno. La
eternidad es el camino de la constante introspección. La introspección es el
eterno camino de revisión de uno mismo.
Cuando terminé mi exposición mucha gente se acercó.
Unos saludando y felicitando y otros negando toda posibilidad de mis ideas. Mi tesis
era muy simple. La simpleza hace la belleza. La belleza no tiene caras ni
rostros. La belleza es el hacer haciendo. El solo hecho de existir es el momento
donde la belleza le rinde honores a la vida. La vida es una. No hay mas vidas. La reencarnación no existe. Ya que, la conciencia humana no alcanza a percibir la frecuencia de una posible reencarnación. De existir, habrían existido cambios hace milenios. No obstante, las civilizaciones siguen repitiendo de los errores. Mas no las virtudes. La vida es una. Por lo menos en esta dimensión.
La vida humana tiene límites. La idea humana es
eterna. No somos para siempre. Las ideas lo son. Las ideas alcanzan infinitos
espacios. Y alcanzan infinitas mentes. El control de las mentes es el destino
del egoísta. Mi misión es colocar la idea a disposición del hombre para evitar
la destrucción de la raza. Para evitar el control. Para evitar el control de
las mentes. Manipular la mente es fácil. La duda es la llave de la manipulación. La influencia es la via de la manipulación. El ser humano es demasiado inteligente. El ser humano es demasiado trascendental. El ser humano necesita ser manipulado. Sino se vuelve creativo, sano, trascendente.
El control de las mentes hace años comenzó. Mi tesis
se relaciona con esto último. Por eso provoco tanto revuelo. Hasta de loco me
tacharon. Una pregunta recuerdo. Ya que, han pasado solo cuarenta minutos desde que
termine mi presentación. Recuerdo haber estado terminando y la pregunta se hizo
oír desde el fondo. La pregunta fue:
- Oswald.
Buenas noches. Referente a su exposición: ¿Qué podría decir usted acerca de las
teorías sobre nuestros orígenes como especie?
- Buenas
noches – respondí – puede llamarme Arthur. Y respondiendo a su pregunta
considero que las teorías sobre nuestros orígenes son solo teorías, es decir,
responden a un conjunto de ideas muy bien ordenadas y con cierta lógica que
permiten explicar pero no determinar alguna formulación sobre nuestros orígenes.
- Es decir,
que las teorías son mentiras.
- No señor.
Son solo hipótesis, conjeturas, suposiciones acerca de un supuesto origen.
- ¿Usted
cree en Dios Sr. Arthur?
- Por supuesto.
Fue esta pregunta acerca de la existencia de
dios la que me dejo meditando. Ya que, nunca me la había formulado. Solo había creído.
Lo interesante es que mi dios o lo que pienso de dios no se configuraba con ninguna
de las iglesias que conocía. Más bien, pertenecía a un concepto mucho más
abstracto. Que en otra ocasión les relatare. Ya que, ahora me voy a dormir. Buenas noches…
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