Cartas a Dios: X - ¿Dictadura o democracia? ¿Acto de Dios o rebeldía humana?
Querido Dios:
Me pregunto constantemente por
qué el poder lleva a los seres humanos a cometer los errores más graves a lo
largo de la historia. Y lamentablemente también ocurre en la actualidad. En
este mundo que a menudo se nos presenta como un lugar de amor, bondad y
esperanza., hay algo que me resulta profundamente incomprensible. Existen
personas que, en su afán de poder, se convierten en tiranos, en dictadores, que
aplastan sueños, destruyen vidas y oprimen a sus semejantes.
¿Por qué, Dios, permites que
estos hombres y mujeres se levanten sobre los demás con tal crueldad? ¿Por qué se
da rienda suelta a esa necesidad perversa de dominar, de borrar la libertad y
la dignidad del otro? Al mirar la historia, parece que los dictadores surgen
una y otra vez, como si fuera un ciclo interminable de sufrimiento. ¿Por qué es
sombra oscura acecha a la humanidad, haciéndonos sentir tan pequeños, tan
impotentes?
En aspectos generales, Platón
pensaba que la tiranía sucumbe ante el poder centralizado y opresivo. Aristóteles pensaba que las dictaduras o tiranías
son solo espacios donde el gobernante busca su propio beneficio a expensas del
bien común. Maquiavelo ofreció consejos sobre cómo un líder puede obtener y
mantener el poder usando incluso la fuerza y la manipulación. Thomas Hobbes abalaba la dictadura ya que, de
no ser así la sociedad caería en el caos absoluto. Jean- Jacques Rousseau,
pensaba que la mejor forma de gobierno era la soberanía popular. Karl Marx, defendía
la idea de que las clases trabajadoras deberían tener siempre mayor
protagonismo en las sociedades. Hannah Arendt, consideraba que las dictaduras
se sustentan en la manipulación y el control absoluto de la vida pública y
privada. Orwell, pensaba que las dictaduras no solo intentan mantener el
control absoluto en el ser humano sino que tambien los despoja de su libertad más
preciada; la libertad psicológica.
Pero frente a estas ideas
expuestas por grandes pensadores reflexiono: ¿Dónde queda nuestra voz, como
ciudadanos, cuando estamos sometidos a un poder absoluto que ni la justicia ni
el amor puede alcanzar? Nos enseñan que la lucha es parte de la existencia, que
la resistencia puede prevalecer, pero cuando las fuerzas del mal son tan grandes, cuando el miedo se infiltra
en cada rincón de nuestras vidas, ¿Qué puede hacer un hombre o una mujer común ante
tanta opresión? ¿Es acaso nuestra capacidad de luchar solo un sueño lejano, una
esperanza rota ante el poder infinito de un dictador?
La sensación de estar
atrapados, de ser testigos de una injusticia perpetua, crea un vacío
existencial en el corazón de muchos. Nos sentimos pequeños, incompletos, y
perdemos la fe en el poder de la humanidad para transformar su destino. ¿Por
qué, entonces, somos testigos de estas sombras que no se disipan?, ¿Por qué, si
tú eres el reflejo de la luz, permites que las tinieblas crezcan con tanta
fuerza y que las manos de unos pocos se eleven por encima de las de los demás?
Te pregunto, Dios, porque en
este espacio de vulnerabilidad humana, buscamos respuestas. ¿Qué propósito se
esconde detrás de esta dolorosa realidad? ¿Es que hay algo que aprender del
sufrimiento causado por los tiranos? ¿Acaso hay un propósito más grande que aún
no somos capaces de entender, o es que simplemente estamos condenados a seguir
siendo prisioneros de una historia que
parece nunca cambiar?
¿Acaso está dentro de tus
planes crear dictaduras como una especie de plan universal para que una y otra
vez los rebeldes logren la amada libertad como un mensaje al universo de que la
raza humana nunca pero nunca se entregara a altas experiencias de poder
absoluto?
¿Acaso no tienes nada que
ver con estas construcciones sociales en estas dimensiones y dejas a los
caprichos del demonio perturbar la felicidad de tus hijos sin intervenir de
manera alguna porque confías en tus hijos?
¿Acaso las dictaduras, tiranías
y gobiernos nefastos son parte de un plan que debemos pasar, vivir y experimentar,
como preámbulo para después de pasar a otro plano existencial nos ganemos el
cielo?
¿Qué puedes hacer con
actuales dictadores de: Afganistán, Argelia, Angola, Azerbaiyán, Bahrein, Bangladesh,
Bielorrusia, Brunei, Burundi, Camboya, Camerún, República Centroafricana, Chad,
China, República Democrática del Congo, República del Congo, Cuba, Yibuti, Egipto,
Guinea Ecuatorial, Eritrea, Etiopía, Gabón, Irán, Irak, Kazajstán, Laos, Libia, Birmania, Nicaragua,
Corea del Norte, Omán, Qatar, Rusia, Ruanda, Arabia Saudita, Somalia, Sudán del
Sur, Sudán, Suazilandia, Siria, Tayikistán, Tíbet, Turquía, Turkmenistán, Uganda, Emiratos
Árabes Unidos, Uzbekistán, Venezuela, Vietnam, Sáhara Occidental y Yemen?
¿Dios, te quedaras como mero
espectador o construirás esperanza, soluciones o luces para resolver estos
problemas?
¿Acaso Dios, mi Dios, tu
figura no coincide con las creencias de estas regiones?
¿Acaso Dios, mi Dios, tu magnificencia
no es parte de la cultura, amor, celebración, respeto, alabanzas y elogios de
estas regiones?
¿Acaso Dios, mi Dios, en estas regiones no te conocen?
Con humildad y desesperanza, pero también con la fe de que siempre hay algo más grande en ti, busco respuestas.
¿Cómo podemos como
humanidad, encontrar el camino hacia la
justicia, la equidad y la paz, cuando la necesidad de poder parece tan perversa
y destructiva?
Dios, en tu luz confió.
Rodrigo
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