Moisséss - Chapter 1 - Puedo amar a uno como a tantos otros (¿depende de su origen?)
Hoy como todos los días, apago la alarma, indica las seis de la mañana, me levanto, voy al patio, prendo un cigarro, me relajo, vuelvo a entrar a casa, me hago un café, prendo la tostadora, pongo pan, saco el queso, el jamón y la mantequilla y prendo la radio. Me hago un sándwich, me tomo mi café y escucho las noticias.
De todo lo que nombre el
cigarrillo es el más dañino. No he podido dejar de fumar. Las actuales
situaciones en nuestra vida nacional e internacional no me dejan soltar la nicotina. No tomo pastillas,
no me drogo, no me gusta el alcohol, solo fumo. Y fumo unos quince cigarros al
día.
Me dio Covid, me puse solo
dos vacunas, entre otras cosas las vacunas que nunca fueron comprobadas en sus
efectos secundarios, han traído problemas coronarios a quienes se pusieron
todas las inyecciones en la actualidad. Aun no hay explicaciones con respecto a esto. No se si existirán explicaciones.
Mientras sigo desayunando en compañía de mi amiga la radio, escucho las mismas noticias todos los días,
asesinatos, corrupción, engaños, robos, drogas, guerras, políticos que no entienden a la gente y que se la pasan haciendo campaña en vez de gobernar, en resumen, nadie se pone de acuerdo pero todos
creen.
Apago la radio y pongo música.
Solo música y me queda dando vueltas la idea: “todos creen en algo pero nadie
se pone de acuerdo”.
La frase “todos creen en
algo, pero nadie se pone de acuerdo” encapsula una realidad compleja sobre las
creencias humanas. La objetividad y la subjetividad nos ayudan a entender como
percibimos el mundo y nuestras creencias.
Si soy objetivo, observo y
analizo la realidad de manera imparcial (supuestamente), sin dejarme influir por
emociones o perspectivas personales (muy difícil). La falla de la
objetividad; intentamos generalizar. Siempre.
Si soy subjetivo, implica
que mis experiencias y percepciones están moldeadas por mis propias emociones,
creencias y contextos personales. La falla de la subjetividad; intentamos
generalizar. Siempre.
No quiero discutir si es más
importante la objetividad o la subjetividad. No quiero discutir si la objetividad
o la subjetividad se dan de manera conjunta, o una antes u otra después o si
una sirve más que la otra o si se deben filtrar nuestros pensamientos a través de
la objetividad o la subjetividad.
Pero si, para desarrollar la
idea que estaba pensando mientras desayuno, quiero señalar que somos mucha
subjetividad. Somos más subjetividad de lo que creemos.
Dejo de desayunar y me meto
a la ducha. Pienso: todos podemos sostener alguna forma de creencia y esas
creencias son inherentemente subjetivas. Todos podemos interpretar nuestra fe, ideología
o convicción de manera única, lo que provocaría la falta de acuerdo general. La
búsqueda de una verdad común se torna complicada porque la diversidad de
creencias es una expresión de la subjetividad humana.
Salgo de la ducha y me lavo los
dientes. Pienso: de todas formas las creencias son fundamentales para la
identidad y el sentido de la vida de cada sujeto. Desde creencias religiosas
hasta opiniones políticas, cada sujeto forma su propio conjunto de creencias
basado en su entorno, educación y experiencias. Esto último es profundamente subjetivo.
Me visto, saco mis
calzoncillos, mis calcetines, mi polera, mis pantalones y me coloco la ropa para dirigirme al trabajo. Me dirijo a mi auto. Lo prendo. Pongo
la radio y emprendo el viaje a mi lugar de trabajo. Pienso; la fe, las ideologías
y las convicciones son parte integral de la experiencia humana. Pero, pese a la
universalidad en las creencias, las diferencias entre estas creencias son
enormes. Lo objetivo y lo subjetivo al final, es una enriquecedora experiencia
pero puede generar también, malentendidos, conflictos, e incluso guerras.
Paro en el primer semáforo. Para
variar el tráfico es horrible. Estoy a cuarenta minutos de mi trabajo. para variar muchos quieren limpiar tus vidrios. Pocos lo logran. Son muchos los que quieren limpiar tu vidrio. Además, se hacen acompañar de familias enteras. Cambio la
radio. No quiero más noticias, todos están ultra- informados pero al final
nadie sabe nada. En todos los canales las mismas noticias. Porque las noticias son una repetición de un hecho concreto. Jamás
las noticias han solucionado algo. Cambio de radio y coloco solo música. Comienzo
de nuevo la marcha. Pienso; jamás lograremos un acuerdo universal acerca de los
problemas humanos. A menos que los humanos nos veamos en peligro de extinción. O
sea, para ponernos de acuerdo tendríamos que vivir o experimentar un hecho
externo a la raza humana para poder acordar algo. Es difícil un acuerdo
universal sin algún hecho que nos ponga en peligro como raza por que la subjetividad
es inherente a nuestras raíces. De hecho, una vez soñé que todos vivíamos en nuestros
propios sueños y el sueño colectivo o comunitario se rompía. Terminaba. Nadie sobrevivía.
Porque todos morían en sus propias creencias, fe, dioses, religiones,
interpretaciones, análisis y un sinfín de otros ejercicios del pensamiento. Obviamente
los pensamientos están unidos al cuerpo. Si no está el cuerpo no hay pensamientos.
Si muere una idea, muere una neurona. Si muere la esperanza. Muere un ser humano.
Solo a través de la empatía
y la escucha activa podríamos entender al mundo. A los demás. A los otros. Incluso
a quienes podrían venir de otros mundos. Solo así podemos encontrar puntos en común. Nuestras
propias experiencias siempre influirán en como interpretamos y entendemos las
creencias de los demás. El dialogo nos lleva a la paz.
Actualmente, 2024, resuenan
vientos de absoluto distanciamiento y vivimos en un planeta cada vez más
diverso y polarizado. La tensión entre objetividad y subjetividad es palpable
en nuestras interacciones cotidianas.
La clave para navegar entre
tanto desacuerdo radica en la disposición de reconocer y respetar las
diferencias. Aunque no siempre lleguemos a un acuerdo, podemos encontrar un
terreno común basado en el entendimiento mutuo. Lo que yo veo con mis ojos no necesariamente
se prestan a tus ojos. Porque el mundo de un segundo a otro cambia, se transforma,
se modifica, y por tanto, no soy capaz de cerrar el ciclo de la comprensión por
mí mismo. Necesito a los demás, a los otros, a otro.
Por fin llego a mi trabajo y
fuera del hay una manifestación religiosa acerca de que Dios está a punto de
llegar y que nos destruirá a todos por pecadores. Idea que jamás ha pasado en mi cabeza. nunca me he considerado un pecador. ¿el solo hecho de existir te hace pecador?. Tonterías. Tonterías sin fundamentos. Existir es un milagro. Vivir es rendir honores a ese existir. Llorar o sonreír depende de tu filosofía. Pienso: Si he de tener o arrastrar algún pecado este seria; pensar. Cierro mi auto y me dirijo a
mi oficina. Pienso; ¿Qué opinarían si estuvieran presente a mi lado en este momento cristianos, católicos, protestantes, luteranos, metodistas, bautistas, anglicanos, islámicos, ortodoxos orientales, ortodoxos griegos, el sunnismo, el chiismo, el sufismo, el judaísmo ,el judaísmo
ortodoxo, el judaísmo reformista, el judaísmo conservador, el hinduismo, el
budismo, el jainismo, las religiones indígenas, los animistas, el bahaismo, la
cienciologia, el Druidismo, los movimientos de la nueva era, el zoroastrismo,
el taoísmo, el confucionismo, los sincretistas, la santería, el vudú, los
testigos de jehová, los mormones, y tantas otras religiones acerca del fin del
mundo.
Porque si pensamos y creemos
en; "que solo existe un solo Dios (que nadie ha visto, tocado, ni siquiera conversado) creador y todopoderoso y que ninguna religión
se puede comparar con nada ni nadie", probablemente la autodestrucción humana ya
ha comenzado y no nos dimos ni cuenta.
Por último, llego a mi oficina, me siento, prendo mi computadora y pienso; todas las religiones quieren gobernar el mundo. Pero ninguna religión conoce al mundo. Porque si conocieran el mundo no necesitaría ser gobernado. Porque nuestro planeta con nosotros o sin nosotros seguiría su ciclo, su vida, gobernado o no, porque a los seres vivos no se les gobierna. Si un solo ser vivo siente que se le gobierna o se le quiere gobernar este se revela. Y justamente esa revelación es la matriz de todo ser vivo; LA LIBERTAD CONSCIENTE.
Me siento en mi oficina. Un día nuevo comienza. Y, jamás volverá.
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