Cuentos Cortos de Terror XIV- Averno - Parte III
En cualquier momento, cualquier
hora.
Un
olor muy extraño caracterizaba el lugar. El demonio que me acompañaba solo
llego hasta la puerta del castillo.
- - [ debes seguir solo [
- - ¿Por qué?
- - [Por que el alma es única. Solo un alma puede entrar
[
- - Te agradezco la compañía.
- - [ esta bien. Sigue tu camino. [
Continuaba el
olor. Era un olor extraño. Como a sangre caliente y fierro hervido. Era muy extraño.
Y muy desagradable. No obstante, después de unos minutos me acostumbre. Es extraño,
pese al lugar, pensaba que incluso si mi condena era permanecer para siempre en
esta zona tal vez me acostumbraría. El hombre es el único ser vivo que al pasar
el tiempo se acostumbra. Por ejemplo, se acostumbra a ser rico, pobre, triste,
feliz, atormentado. E incluso pensaba que el dolor impregnado en el lugar podría
terminar gustándome. Ya que, somos de acostumbrarnos a ciertas cosas.
Camine por
diez minutos. Pase por un gran salón. Estaba lleno de demonios. Solo me
miraban. Y reían sarcásticamente. A mi derecha estaban los demonios grises. Los
demonios grises solo miraban y sus ojos eran blancos. De vez en cuando producían
ciertos destellos de luz que me dejaban encandilado sin poder observar bien a
mi alrededor. Los demonios grises parecían gárgolas. Botaban humo también gris
por la nariz y gran parte de su cuerpo. Parecían enojados. Emitían unos ruidos
graves de vez en cuando. Había demonios grises altos, medianos y pequeños.
A mi izquierda estaban los demonios rojos. Eran
delgados con grandes alas. Botaban sangre por la boca y emitían sonidos muy
agudos. Ellos se comían entre ellos. E incluso ellos mismos se comían. Lo mas
espeluznante es que la parte que se comían volvía a salir. Por tanto, nunca perdían
partes de su cuerpo. Eran mas inquietos. Los demonios grises no se movían mucho.
En cambio, los demonios rojos se movían a cada momento. A momentos, me lanzaban
piedras rojas. Pero, no era para hacerme daño. Solo para asustarme. De querer
hacerme daño me hubiesen matado – otra vez, ya que, no sabia si estaba vivo o
muerto-
Mi caminata
por ese pasillo de diablos grises y rojos duro como una hora. Hasta que pude
visualizar la salida. En la salida había un demonio gris y un demonio rojo.
Cuando estaba
a cinco metros de ellos, una voz en el interior de mi cabeza sonó. Sonó y dijo:
- - [izquierda o derecha [
- - No entiendo – respondí –
- - [izquierda o derecha. Elegid. Izquierda o derecha
[
- - Y si no elijo que pasa – pregunte-
Delante de mí,
a la derecha, atrás y a la izquierda se abrió el suelo. Mire hacia el fondo y
solo se veían manos que pedían piedad, auxilio y gritos desgarradores que
pronunciaban mi nombre. Que, por cierto, no sé por qué lo había olvidado.
- - [ izquierda o derecha [ - dijo la voz otra vez
en el interior de mi cabeza.
- - Izquierda – señalé.
El demonio izquierdo
dio un paso al frente. Abrió sus alas y
poso su mano caliente y pesada sobre mi cabeza. Era el demonio rojo. El demonio
rojo comenzó a emitir un ruido mas agudo de lo común. Se nublo mi mirada y como
si tuviera una televisión frente de mí, me mostro las civilizaciones humanas
desde sus inicios. Hice un recorrido por la historia humana hasta llegar al año
2026.
Vi la Tierra bellísima.
La estaba viendo desde afuera. A una distancia entre la luna y la Tierra. Pero de
pronto, vi también como ciertas áreas de la Tierra explotaban. Al parecer,
estaba siendo atacada.
-
¿Por qué atacan la Tierra?
-
[ Por qué no entendieron nada [
-
¿Quiénes la atacan?
-
[ Tus hermanos mayores [
-
¿Extraterrestres?
-
[ Si [
-
¿y ustedes quiénes son?
-
[ Tus hermanos menores [
-
¿O sea, que estamos todos entrelazados?
-
[ Todos. En distintas dimensiones. Pero todos
somos uno. En Tierra, todos somos unos. A veces las dimensiones se abren. Es ahí
cuando pueden vernos. [
-
¿El universo es demasiado grande como para no
existir vida?
-
[ El universo está lleno de vida. Pero ustedes
no saben apreciarla. Se les ha dado el don de la vida. El don de la muerte. El don
de la conciencia. El don del darse cuenta. El don de la inteligencia. El don de
razonar. El don de la palabra. El don de pensar. El don de amar. El don de reflexionar. Pero, no han cambiado. No
han cambiado en nada. Y al parecer no lo harán [
-
¿y por eso merecemos un castigo de demonios y
otras especies?
-
[ No es un castigo. Es una despedida. Y nosotros,
no los castigaremos. Como ya te dije somo todos uno en Tierra [
-
¿y yo he hecho algo para merecer estar aquí en
vez de estar ayudando a evitar una catástrofe a mis hermanos de Tierra?
-
[ Eso te lo contestara el demonio gris [
-
…
-
…
CONTINUARA ….
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