El mundo es la invencion de quien respira
El mundo
es la invención
de quien respira.
es la invención
de quien respira.
Quien dispone
de la energía de los demás amarrándolos, hablando por ellos, diciendo lo que no
son, diciendo lo que son, descalificando, sometiendo, creyendo poseer poderes
sobrenaturales, acusando, creyendo que su visión de mundo es la mejor de quien
respira jamás alcanzaran la libertad.
Desde pequeño aprendí
que todos ven, sienten, perciben, interpretan y explican el mundo, la realidad,
lo que ocurre, lo que es, lo que fue y lo que debería ser. Pero fui
acostumbrado y adoctrinado desde la cuna a escuchar la visión del otro. La propuesta
que se tiene del mundo es la síntesis, un compilado de vivencias subjetivas que
deben ser parte de una construcción. La construcción jamás será perfecta, pero
si alcanzara la posibilidad de ser perfectible.
Quien cree que
tiene la última palabra jamás dejara crecer, desarrollar, nacer, reproducir, gestionar
y menos percibir una vida, un alma y un cuerpo. La arrogancia de quien cree que
tiene la última palabra genera egoísmo e ignorancia que solo lleva al caos, el
desastre, la tristeza, la soledad y la depresión.
Quien cree que
tiene la última palabra aloja en su ser una desconfianza por la otra persona
que le anula todo atisbo de luz, de crecimiento y queda envuelto en una sabiduría
artificial sin cuerpo ni alma.
Al contrario,
quien deja pensar, amar, llorar, mirar, observar, hablar, proponer, en otro
sentido vivir, en otro sentido existir, genera seres humanos. No títeres.
Las sociedades
han estado por años acostumbrados a ser títeres del consumismo, la entrega de
dioses sin origen, la ignorancia, la traición como sentido de supervivencia y
la mentira como móvil para la obtención de roles y status que se piensan
duraran para siempre. Pero nada es para siempre. El poder no dura y jamás
durara para siempre.
Pero existe
una ley que no quiero darle nombre. Algunos lo conocen como Karma, causalidad,
causa y efecto, acción y reacción. Hare un ejercicio para que no se pierdan le
llamare conciencia.
Conciencia es
observar, entre otras cosas, un espacio de la realidad donde se integra gran
parte de lo que se piensa, percibe, siente y produce. Conciencia es pensar en
las consecuencias de los actos propios y el de los demás. Conciencia es pensar
en que una decisión determina una seguidilla de dimensiones por construir. En otros
términos, conciencia es el resultado del arte del pensar. Ejercicio que no
todos hacen. Labor que no todos ejecutan. Competencia que algunos jamás
alcanzan a tener y menos desarrollar.
A lo largo de
mi carrera he conocido chamanes, brujos, todólogos, mentirosos,
distorsionadores de la realidad, psicóticos, esquizofrénicos, depresivos, neuróticos, borderlines, personas con problemas de autoestima, ignorantes, metodólogos, políticos,
amigos y hermanos.
A lo largo de
mi carrera he conocido personas las cuales ayudan al crecimiento de otras. Pero
también he visto personas con intereses egoístas que estando equivocados creen
tener la razón. Lamentablemente son innumerables los efectos negativos de ese
tipo de personas. Una de ellas: quedarse en soledad. Muriendo lentamente. Poco
a poco. Sin amigos. Sin nadie que ponga un brazo sobre su hombro y les diga;
Vamos. Levántate. Tu puedes.
Yo nací para cambiar
el universo. Y eso significa no dejar las cosas como estaban. Nací para
despertar conciencia. Nací para ser diferente. Nací para dejar huellas no
cicatrices. Nací para darle a la gente
pulmones y pudiesen respirar. Nací para ser un grande. No un ladrillo más de la
pared. Nací para equivocarme y mejorar. Nací para llorar, reír, gritar, dormir,
amar y ser amado.
Nací para ser
feliz…
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