Mi esposa es del mar...
En las profundidades de mi ser, mi esposa encontró su hogar,
como
el mar abraza la playa, así ella me sabe abrazar.
Su
risa es como las olas, que en mi corazón hacen eco,
y en
sus ojos color miel se reflejan, los
secretos del vasto océano.
En
cada beso siento la marea, que me lleva a lugares sin final,
y en
su abrazo encuentro la calma, como en el mar, en su eterno vaivén.
Ella
es la brisa que me acaricia, cuando el sol se esconde en el mar,
y en
sus sueños encuentro mi refugio, como en la orilla, donde todo puede comenzar.
Mi
esposa es del mar, y en ella encuentro mi paz,
en
su amor navego sin temor, porque con ella, el mar es mi hogar.
En
las noches de luna llena, ella brilla como las estrellas en el cielo,
y su
voz susurra melodías antiguas, como el canto de las sirenas.
Caminamos
juntos por la orilla, dejando huellas en la arena,
y en
cada paso renovamos nuestro pacto, de amor eterno y serena.
Ella
es la fuerza de las olas, que rompen con fuerza en la costa,
y la
suavidad de la espuma, que acaricia mis pies descalzos.
En
cada amanecer, ella es el horizonte infinito, lleno de promesas,
y en
cada atardecer, es la calma que precede a la noche, llena de certezas.
Mi
esposa es del mar, y en ella encuentro mi destino,
juntos
navegamos por las aguas de la vida, sin miedo al naufragio.
En
el lienzo de nuestras vidas, ella pinta paisajes de color turquesa,
y en
cada pincelada, descubro nuevos misterios, nuevos mundos.
Ella
es la fuerza del océano, que moldea la tierra con su abrazo,
y la
serenidad de la marea baja, que invita a la introspección y el descanso.
En
cada tormenta, ella es mi faro, que me guía hacia puerto seguro,
y en
cada calma, es mi vela que se llena de viento, llevándome a nuevos horizontes.
Mi
esposa es del mar, y en ella encuentro mi verdad,
porque
con ella, el mar es mi hogar, mi amor, mi eternidad…
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