ALGUNAS REFLEXIONES EN TORNO AL CONOCIMIENTO Y EDUCACIÓN SUPERIOR DE LOS ESTUDIANTES DE LA CARRERA DE EDUCACIÓN FÍSICA DE LA UNIVERSIDAD DE GUAYAQUIL-ECUADOR






El mayor enemigo del conocimiento no es la ignorancia, sino la ilusión del conocimiento”

Stephen Hawking

 

A lo largo de mi vida he realizado muchos trabajos. La necesidad de pagar mi universidad me llevo a explorar el ámbito laboral desde muy joven.

Fui mesero, trabaje para una cadena de alimentos, estacione autos, atendí una tienda de ropa de varones, pasee perros, trabaje en un bar, entre otros oficios y servicios.

No obstante, el trabajo que más he disfrutado y que me encontró por que no lo elegí es la actividad de la docencia. Soy profesor hace más de diez años. Comencé en la facultad de filosofía, tuve un romance de dos años con la facultad de ingeniería  y actualmente trabajo en la facultad de educación física, deportes y recreación.

Mis cátedras son Psicopedagogía, sociología, psicología deportiva y psicología evolutiva.  Mi esposa, también ha dedicado gran parte de su vida a la docencia. Ella, da la catedra de nutrición pediátrica.

Por un lado, son largas noches de conversación y dialogo con mi esposa acerca de nuestras cátedras respectivas y del afán de cada uno de nosotros por la lucha del complejo circuito de enseñanza – aprendizaje. Claramente, ella tiene una visión de la docencia distinta de la mía. Y yo tengo la mía. Ninguna de las posturas es verdadera ni cierta, solo son. Cada uno aplica su metodología. Y claramente, cada uno percibe resultados. Yo aprendo de ella y ella aprende mí. Ninguna línea es perfecta más bien perfectible.

Un día hicimos un ejercicio muy interesante. Ella me pidió que le mostrase como evaluó a los estudiantes. Le explique que mis evaluaciones eran de desarrollo. Es decir, a partir de una pregunta invitaba a los estudiantes a expresarse acerca del que pensaban de la materia. Que interpretasen la materia y le dieran sentido en una respuesta. Señalaba que podían fundamentar sus respuestas con la materia dada o con cualquier fundamento que tuviese relación a la pregunta establecida. Por otra parte, también hice el ejercicio de ver y observar una de sus evaluaciones y pude constatar que sus evaluaciones daban la posibilidad de elegir una supuesta respuesta, preconcebida de antemano por ella, la docente. La idea era elegir la correcta. A lo que pregunte:

-       ¿Cómo sabes que esa es la respuesta correcta?

-        Porque es la que se ha utilizado por años – respondió- siempre ha sido la correcta- agrego.

-       Pero,  el pensamiento cambia, las generaciones cambian. Los médicos cambian.

-       Pero el pensamiento sigue siendo el mismo.

-       No estoy de acuerdo señale. Lo que haces tú es acumular conocimiento. Lo que yo intento hacer es re- pensar el conocimiento.

-      

-      

-       El conocimiento es subjetivo.

-       El conocimiento es objetivo.

-      

-      

 

Intentando acercarnos a la luz. Al conocimiento.

 

Después de esta breve pero interesante discusión comenzamos a revisar e investigar acerca de cuál podría ser la mejor perspectiva de entender el conocimiento. Por un lado estaba la idea de la acumulación de la misma mientras que, por otra parte, estaba la idea de re- pensar constantemente ciertos planteamientos del conocimiento.

Llegamos a las siguientes ideas:

1-. El docente o maestro debe abstenerse de enseñar preceptos y procurar que el sujeto los encuentre por sí mismo.[1]

2-. Sólo por medio de un desarrollo integral el hombre logra elevarse por

encima del mundo fenoménico y del ordenamiento mecanicista al que se

encuentran sujetos los demás seres vivientes carentes de racionalidad.

De esta manera la persona toma conciencia de cierta sublimidad de su

existencia y de su libertad.[2]

3-. El acumular conocimiento provocaría un efecto de escalera ascendente mientras que el re- pensar provocaría una espiral recurrente.[3]

4-. El acumular conocimiento conllevaría a la ejecución de un ejercicio inductivo – de lo más particular a lo más general-  mientras que re- pensar el conocimiento conllevaría a un ejercicio más bien de deducción (de lo más general a lo más particular)

5-. El acumular conocimiento conllevaría a que este es entregado, dado, traspasado, transmitido mientras que el re- pensar conllevaría a construir conocimiento a partir de un sujeto que piensa y se piensa.

6-. El acumular conocimiento provocaría una estandarización del hombre y la mujer, es decir, una homogeneización, un igualar conocimiento,  mientras que el re- pensar provocaría un hombre y una mujer reflexivo, pensativo, diverso, único e irrepetible.

7-. El acumular conllevaría a un ser humano moralmente encadenado mientras que el re- pensar conllevaría a un sujeto librepensador y moralmente libre.

De otro modo, y de modo general, la propuesta que intentábamos dilucidar nos hizo recordar el eterno choque entre el argumento y el relato. Que son dos formas de interpretar y construir la realidad desde la escuela. Desde la academia. Desde la universidad. Desde el plantel.  Dos modos básicos de pensar.

Según Jerome Bruner, uno de los grandes psicólogos contemporáneos, formuló el argumento según el cual el ser humano organiza la realidad en torno a dos modalidades básicas de pensamiento, la lógico - matemática y la narrativa, abrió un debate crucial en la escolarización y una impostergable revisión crítica de nuestras prácticas educativas. Según la hipótesis de Bruner cada una de estos modos de pensar brinda formas características y diferentes de conocer, de ordenar la experiencia y de construir la realidad.[4]

En el argumento lógico, matemático y científico la verdad se alcanza mediante la coherencia lógica y la prueba empírica. En el relato, en cambio, el narrador convence no sólo por la coherencia que despliega sino por la verosimilitud que se evidencia en el mismo, es decir, por su semejanza con los hechos y acontecimiento de la vida. [5]

Mientras que el pensamiento lógico científico se relaciona de manera privilegiada con el mundo de la naturaleza, la narrativa está más próxima al mundo social, subjetivo e intersubjetivo, a las vicisitudes de las intenciones o propósitos humanos, a sus sentimientos y creencias, a la imaginación creadora y a los juegos del lenguaje. Ambas formas, aunque irreductibles la una a la otra se complementa, interrelacionan y se necesitan para construir un mundo que pueda ser explicado y comprendido. [6]

Por un lado, y en nuestra discusión reflexionábamos sobre cual pensamiento había tenido mayor apertura en los últimos cincuenta años en el ámbito educativo.

El pensamiento dominante en la escuela hasta entonces y durante siglos, psicólogos, pedagogos, docentes  y educadores de todos los niveles en que se organiza la enseñanza, reconocían como característica esencial del pensamiento humano su carácter conceptual, lógico y formal.[7]

Lógica, la matemática, la gramática y las ciencias en general constituyeron los instrumentos básicos para desarrollarla y los pilares de una escuela inteligente. La literatura, la historia, las artes y la narratividad en general fueron considerados contenidos de segundo orden o complementarios en la educación.[8]

Psicólogos, psicopedagogos, docentes  y otros numerosos profesionales del campo de la educación, consolidaron la creencia dominante, según la cual pensamiento hay uno solo y éste es lógico, formal y conceptual. La importancia del pensamiento narrativo en la propuesta educativa Hoy sabemos que los proyectos de educación infantil, primaria y secundaria (los cuales intervienen en momentos privilegiados del crecimiento) que ignoren o privilegien una modalidad sobre la otra hacen perder la diversidad que encierra el pensamiento humano y poco contribuyen a que los alumnos sean capaces de retener y comprender la información ofrecida o enseñada por la Escuela (el objetivo más pregonado por las instituciones educativas). Numerosas evidencias confirman que se recuerda y se entiende mejor aquellos conocimientos (científicos, literarios o cotidianos) que se adquieren y organizan en una estructura narrativa.[9]

Interesante fue encontrar en un primer momento y extrapolando, que la acumulación de conocimientos y el re- pensar debían coexistir en una suerte de esfera continua y fluida. Donde se puede acceder a ella a través del ejercicio mismo del pensar.

No obstante, Las denominadas instituciones educativas de la modernidad han tenido y tienen como mandato principal ocuparse de dos tareas básicas, fundamentales: enseñar y aprender o transmitir y promover la adquisición de conocimientos. En modo coherente con estas funciones los términos docente, profesor, maestro refieren, con sus más y con sus menos, a quienes enseñan y los términos alumno, estudiante o aprendiz aluden a quienes reciben la enseñanza, adquieren conocimientos o aprenden.[10] Seguiríamos con la temática del acumular en vez de re-pensar.

De todas formas consensuamos que la educación es:

Ø  Un acontecimiento, una práctica social, esencialmente humana. Es una práctica que puede ser observada, analizada, discutida como problema en los Homo Sapiens y al parecer presente en los individuos del género Homo.[11]

Ø  Es universal e inevitable. Donde hay un grupo de humanos hay educación. Es inherente a la condición gregaria de los humanos y es inevitable en tanto no existe la “no educación”. No podemos evitar la educación, de una u otra manera debemos hacernos cargo de ella, como individuos, como colectivos, como Estado. Es posible diferenciar, reconocer diversos tipos de educación “mejores” o “peores” pero todas son educación, sean “de la buena” o “de la mala”.[12]

Ø  Es necesaria. La universalidad de la educación, su carácter inevitable, está estrechamente relacionada a su importancia en la evolución y desarrollo humano. La educación aparece como necesaria para conformar la forma humana, para completar la gestación, para dar viabilidad al desarrollo vital. Sin educación no hay futuro vital. En este sentido también se reconoce el papel de la educación en la formación del Yo o de la personalidad.[13]

Ø  Es una práctica social intencional e intencionada que en su manifestación más auténtica busca, por todos los medios, sostener y acrecentar la vida. Se mueve por valores, creencias, proyectos de futuro, muchos de los cuales se asemejan a utopías colectivas que dan las energías e ilusiones necesarias para caminar la educación. Intencionada en tanto determina, orienta y conduce las voluntades de unos y de otros en orden a un fin, motivo por el cual se ejecuta o realiza. De alguna manera la educación pone un límite que se vislumbra en el horizonte. Un límite que en el mejor de los casos se percibe tenuemente, hay cierta imprecisión, se puede conocer pero no se agota y nos desafía a conjeturar por indicios. Los proyectos de futuro, los proyectos de vida le dan un sentido y organizan sus esfuerzos. Es tan relevante esta cuestión que sin perspectivas de futuro resulta difícil la educación, sin educación no hay futuro pero sin futuro no hay educación posible, viable. Todo proyecto educativo se retroalimenta de una Utopía, que la inunda de optimismo y que aparece como irrealizable en el momento de su formulación.[14]

Ø  Es normativa. Organizada, institucionalizada. En toda acción educativa hay detrás algún tipo de institución (familiar, barrial, escolar, medios de comunicación) que orientan esa acción con contenidos normativos para regularla.[15]

Ø  Es asimétrica. Las relaciones educativas son esencialmente asimétricas, fuertemente sostenidas en la diferencia. Esas asimetrías y diferencias tienen una diversidad de expresión. En el desarrollo (ontogénesis) las crías necesitan de un adulto que se haga cargo de la crianza y educación, que tenga un mayor poder para criar, cuidar, sostener, aguantar, enseñar. La asimetría en las prácticas educativas se relaciona en algún sentido con la autoridad del educador. La necesaria autoridad del educador es condición indispensable para educar, el problema y la discusión gira en torno a cómo ésta se construye y se ejerce. Relacionado con esta asimetría se reconoce una contradicción, una antinomia, que genera conflictos de diversa magnitud y que es inherente al proceso educativo:

(a) Por un lado la creciente autonomía de los educandos evidenciada en la capacidad de actuar, conocer y expresarse con progresiva independencia de sus educadores.

(b) Por otro lado la inevitable dependencia que los educandos tienen de sus educadores. En un modelo de educación tradicional esta contradicción se resuelve con la exacerbación de la autoridad y poder de los educadores y el disciplinamiento subordinado de los educandos. Se generarán una serie argumentos, estrategias, dispositivos, métodos destinados a impedir el protagonismo y la autonomía de los educandos. Esta subordinación puede a condicionar y modelar las formas de lectura o interpretación; por ejemplo se los prepara para que no puedan interpretar por si mismos sino que se subordinen, quede adheridos al texto o a los profesores.[16]

Ø  La educación forma parte de la cultura y también es posible identificar las culturas de la educación. Una cultura no se sostiene sin educación y la educación es la práctica privilegiada de una cultura. Por lo tanto educación y cultura no pueden pensarse ni entenderse una sin la otra. El paso, la transmisión, la transferencia, de ideas, creencia, prácticas, destrezas, valores de una generación a otra se hace a través de la educación que, al mismo tiempo las recrea. La educación no puede llevarse a cabo por fuera de una cultura y una cultura claudica si desaparece la educación.[17]

Ø  Su textura es intersubjetiva. Al ser eminentemente social suponen interacción, comunicación e intercambio entre sujetos. La intersubjetividad es entendida como la lectura reciproca de creencias deseos e intenciones que dispara, orienta y regula la interacción. Se alimenta y retroalimenta en el intercambio dialógica. Supone siempre algún tipo de interpretación, por lo cual es posible afirmar que esta actividad intersubjetiva implica una hermenéutica. [18]

Ø  Tiene su efectividad en la enseñanza que busca algún tipo de transformación en los otros. Esa transformación o modificación del otro suele denominarse como proceso de adquisición, de formación o proceso de aprendizaje. Por lo general, cuando ocurre en el marco de las denominadas instituciones educativas (Escuelas, Colegios, Universidades) se habla de enseñanza y aprendizaje escolar o académico.[19]

Ø  Es imposible. La afirmación de que la educación es uno de los imposibles se inspira en la idea freudiana que consideró a la educación junto a la cura y a la gobernabilidad como tareas humanas de difícil logro o conquista. Interpretamos esa imposibilidad de la educación como lo que, al mismo tiempo, la hace posible. Debe existir algún nivel, o tipo de resistencia singular en los educandos para evitar la domesticación, la reducción a la voluntad del otro. En este sentido las transgresiones y resistencias de los educandos conviven, en algún sentido, con las intenciones modeladoras de los educadores.[20]

Ø  Se hace viable sobre la base de un pacto. El pacto educativo está presente o se da o se produce cuando hay una reciprocidad en la cual quienes educan consideran que pueden hacerlo y reconocen que los educandos pueden ser educados y, a la inversa, los educandos reconocen que los educadores pueden transformarlos, educarlos. Este pacto es básico para que la educación adquiera condición de posibilidad.[21]

Después de esto, reflexionamos y pensamos: ¿Qué buscamos con la educación? Además, de educar lógicamente. Formalmente.

Me adelante y me permití señalar que con la educación yo busco libertad. Mi compañera de trabajo asintió. Por fin estábamos de acuerdo en algo.

En este sentido, rescatamos la idea de reflexionar acerca del concepto Bildung entendiéndolo como emancipación, como la liberación de los seres humanos de las dependencias y la obtención de autonomía.

También permite a las personas liberarse de las complicaciones del entorno social y de la educación recibida durante la infancia, lo que a su vez tiene consecuencias positivas para la sociedad en su conjunto. [22]

Fue aquí que se nos produjo el insight. Ese darse cuenta. Ese sentirse vivo. Ese espacio donde se reflexiona con hacerse la pregunta; ¿qué hacer con el conocimiento?

Caímos en reflexión nuevamente. ¿Qué hacemos con el conocimiento? Pensamos que, la reflexión desde las prácticas como educadores se fundamenta en la convicción según la cual todas nuestras acciones educativas se sostienen o son sostenidas por creencias más o menos explícitas y sobre las cuales podemos dar algún tipo de explicación. Estas creencias guían nuestras acciones y nuestras acciones fijan creencias tratando de alcanzar objetivos o satisfacer fines educativos e instaurando una disposición para orientar acciones futuras y los significados de las mismas. Reflexionar sobre nuestras prácticas educativas, lo que hacemos, cómo y por qué lo hacemos, implica sacar al espacio público, compartir con otros, conversar y discutir acerca de las creencias que sostenemos en nuestro proceder educador y sobre su origen: cuando y como se gestaron en nosotros. Esta reflexión crítica conduce a una transformación personal y / o a una convalidación acerca de lo que se hace. Y para tener mayor relevancia deben ser analizadas en relación a sus contextos socio institucionales, sus historias y su formación dando cuenta de los conflictos y contradicciones, sin mayores tapujos o prejuicios.[23]

Estábamos pensando. Un sano ejercicio. Grata actividad. Que no solemos realizar constantemente. Ya que a mi juicio solemos repetir.

Toda propuesta educativa lleva en su trama una psicología de los participantes en la misma. Es decir, que quien conoce presta su dispositivo existencial en el intento de entender el mundo. Pese a las indicaciones de un guía, instructor, profesor y docente.

Las prácticas educativas -en su condición de actividades socioculturales-ya sean las que acontecen en las familias o en las escuelas, son cruciales en formación del Yo de la personalidad de los individuos.  La educación, en tanto parte de la cultura, interviene dando formas y contenidos a las diversas funciones psicológicas superiores o, en una dialéctica compleja que amalgama evolución, historia y desarrollo. Dialéctica porque da cuenta  del fluir,  de los  movimientos,  de  los  diversos  conflictos  y  contradicciones considerados  motores  de  la  vida  que  despliegan  y  de  los  obstáculos  que  la  limitan, dificultan, obstruyen en un sentido o en otro. Dialéctica de las intenciones y estrategias sociopolíticas que promueven la educación y el crecimiento para todos o de aquellas que, aunque expresen lo contrario, en los hechos lo restringen solo para algunos, por lo general, los que disponen de mayor riqueza material.  Las Escuelas: ¿Han tomado nota de esta tarea que realizan sean o no conscientes de ello?[24]

Claramente, el conocimiento esta. Fuera de mí. Dentro de mí. El conocimiento existe con o sin mi existencia. Con mi principio de realidad o con mi principio de placer. El conocimiento existe con mi conciencia o no. La dialéctica del encuentro entre lo fuera y lo dentro generaría la sabiduría tan esperada. O por lo menos se intentaría producir en este encuentro dialectico.

A nuestro juicio, un sujeto debe descubrir con la ayuda de un docente las respuestas a las preguntas que este mismo se hace. Se debe instruir, guiar, ser el copiloto de su viaje si es que se nos permite hacer una analogía del avión.

 La finalidad principal de la enseñanza no es que el niño adquiera conocimientos y aptitudes, sino que el principal propósito es el de desarrollar las fuerzas de su inteligencia. La enseñanza debe de ser, asimismo, gradual, de acuerdo a la evolución del infante y donde se tomara en cuenta al individuo como una unidad de inteligencia, sentimiento y moralidad.

El educador no debe ser concebido como una figura autoritaria. La mirada del maestro se debe desarrollar en una atmosfera de tranquilidad.

En esta atmósfera de tranquilidad y aceptación, el niño está dispuesto a compartir y a ayudar a los demás, ya que, de acuerdo a su criterio, las “fuerzas del corazón” nunca se activan por presión, obligación o violencia.[25]

 

Intentando acercarnos a Rousseau y Kant.

 

Para Rousseau, la obra maestra de la educación es formar un hombre racional; pero la razón no puede ser usada como método para educar. Debe dejarse al niño aprender conforme a su naturaleza y no a un plan de enseñanza que pretende prepararlo para un futuro que tal vez no viva.[26]

 Si bien la educación deberá atender en principio a las disposiciones primitivas, se presenta el conflicto entre formar a un hombre o formar a un ciudadano. Rousseau confía en que si la educación atiende el desarrollo de las disposiciones naturales, serán buenas instituciones las encargadas de hacer compatible la personalidad de cada sujeto con la comunidad.[27]

Para Rousseau, el hombre nacido en sociedad es débil, desprovisto de lo más básico para subsistir y de juicio, y todo lo que necesita le es dado por la educación, la cual, como seres humanos, “nos viene de la naturaleza, de los hombres o de las cosas” Rousseau legitima así un modelo de autoridad basado en la personalidad autónoma, virtuosa, que no necesita de la fuerza, pues se internaliza desde la infancia. Gracias al proceso educativo se estructura la conciencia del niño de tal forma que establezca los lazos sociales benéficos y respete la autoridad como producto de sus deseos. [28]

Su vida como ciudadano se posibilita gracias a su educación como hombre, al desarrollo de una personalidad autónoma, a “sólo querer lo que puede y hacer lo que le conviene”.

Para Kant, La educación se convierte en un factor que prepara a los individuos para un mayor despliegue de sus talentos y disposiciones que a su vez repercuten en el proceso de civilización.[29]

 El cultivo de las disposiciones morales y de un buen carácter, constituye la dimensión más elevada de la cultura, y lo que marca de verdad la diferencia frente a los demás seres vivientes. Como ser destinado a la libertad interna el sujeto tiene el deber de actuar como agente de una comunidad moral, es decir, el de no engañarse a sí mismo, de acercarse al ideal de perfección moral sin perder la conciencia de su finitud y de sus límites, y de cultivar la conciencia moral.[30]

Sólo por medio de un desarrollo integral el hombre logra elevarse por encima del mundo fenoménico y del ordenamiento mecanicista al que se encuentran sujetos los demás seres vivientes carentes de racionalidad. De esta manera la persona toma conciencia de cierta sublimidad de su existencia y de su libertad. Lo que Kant propugna es una formación integral, pero sin cansarse de repetir que lo más importante es la educación del carácter, para poder afianzar conductas de sujetos moralmente autónomos. De lo que se trata es de formar hábitos de conducta virtuosa, estilos de vida y formas de estar en el mundo en los que la apelación al punto de vista moral desempeñe el papel preponderante que le corresponde al ser humano asumir en tanto que ostenta un estatus de dignidad.[31]

La instrucción constituye en cambio, el aspecto positivo de este proceso, porque promueve el perfeccionamiento de los talentos y del potencial moral del estudiante bajo los preceptos del uso responsable de su libertad y de los deberes de la persona para consigo misma y con los demás. Obviamente el proceso de formación implica en el educador una gran responsabilidad, puesto que resulta por lo general difícil corregir el producto de una mala educación. Cabe además anotar que Kant concibe el proceso educativo de manera dinámica, y subraya la necesidad de mejorar constantemente la labor pedagógica.[32]

El hombre mismo tiene la responsabilidad de potenciar sus disposiciones al bien y esto se consigue cuando cada generación recoge las experiencias de sus antecesoras y orienta el proceso educativo hacia el más elevado destino de la humanidad. Según nuestro autor, los niños deben ser educados conforme a un estado futuro de perfección y según las bases de un plan que ha de hacerse desde una perspectiva cosmopolita. Este plan debe tener en cuenta que una de las causas del mal en el mundo reside en no someter nuestra intención y acción a la ley moral que hay en cada persona.[33]

Una buena educación se encargaría de preparar el ánimo del ser humano para atender tal ley. Para mejorar la educación no hay que esperar que tomen la iniciativa los gobernantes. La responsabilidad recae en los particulares idóneos e ilustrados, que atendiendo el fin de la naturaleza y el desenvolvimiento de la humanidad, procuren el desarrollo de sus destrezas, cultura y moralidad. [34]

Lo importante es que el niño sea preparado para poder asumir en la etapa adulta la libertad y sea autosuficiente. Por ello se debe guiar para que haga buen uso de su capacidad de escoger desarrollando estrategias que aprovechen su facultad de imitar y de obrar por complacencia. La clave está en saber reconciliar la necesidad de imponerle disciplina y coacción, con la importancia de dejarlo libre y que aprenda a limitar su conducta atendiendo la libertad y necesidades de los demás. De hecho a la cultura moral no se inicia con una disciplina que impida vicios sino con el uso de máximas que formen el modo de pensar del estudiante y su disposición al bien.[35]

También se requiere educar los sentidos, la memoria, la imaginación, y sobre todo las facultades superiores del espíritu –entendimiento, juicio y razón−. Esto último se da por medio de ejemplos sobre los cuales discernir, y reflexiones sobre las causas y sus efectos, de forma que comprendan lo que se estudia y no sólo repitan. Se trata además, de que el educando aprenda haciendo y llegue por sí mismo al conocimiento orientado por los instructores según el método socrático. La educación del sentimiento tampoco puede ser desconocida. Es importante no satisfacer todos los gustos de los niños, ni mimarlos. En sentido moral, se trata de habituarlo a obrar por máximas y no a partir de estímulos.[36]

Cuando se empieza a entrar en la madurez la disciplina no es tan necesaria y se dan las condiciones para instruir en los auténticos deberes y fomentar un buen carácter.19 Es claro que la educación para Kant supone una forma de coacción; sin embargo, esta coacción sólo está justificada en la medida en que contribuye a formar sujetos capaces de decisiones autónomas. Del proceso educativo cabe esperar el fomento de la autonomía de cada ciudadano de tal manera que se haga responsable de sí mismo sin necesidad de coacción externa.[37]

Le corresponde a la educación preparar el terreno para que el educando tome consciencia de sus facultades y talentos y se oriente en su correcto uso, en primer lugar a través de la disciplina e instrucción recibida, y en segundo lugar, afianzando en sí mismo los preceptos de la ley moral.[38]

De la educación se puede esperar una orientación para que el educando haga uso de su propia razón, tanto en lo moral como en cualquier esfera de actividad, incentivando en él la confianza en sí mismo, el dominio propio, la autosuficiencia, y el sentido de responsabilidad sobre sus actos.

Sin embargo, no se puede imponer a la fuerza, desde afuera, la mayoría de edad en la dimensión propiamente moral.[39]

La madurez en este último sentido se manifiesta en el hombre como independencia de la tutela del otro, tal como se aprecia en el ensayo de Kant ¿Qué es la ilustración?, porque implica aprender a pensar por sí mismo.

Pero además, desde una perspectiva moral, la cuestión es algo más compleja en tanto que el desarrollo moral no sólo requiere obtener independencia de la imposición o guía de otro a la hora de considerar lo bueno o lo justo en uso de la propia razón. No es posible una prueba empírica de madurez moral en ningún ser humano, ya que tal madurez representa un estado subjetivo. Las obras pueden aparentar ser desinteresadas, pero esto no garantiza una voluntad auténticamente moral.[40]

La educación puede promover y fomentar una buena disposición hacia lo moral; pero luego depende de cada individuo el perseverar y mostrar una verdadera fortaleza moral. Esto es posible lograrlo porque una vez dispuesta la voluntad del educando para lo moral y afectado su ánimo para amar y respetar lo que la ley moral le impone, es difícil que caiga en la indiferencia frente al sentido de lo correcto. Pero, con todo y esto, es claro que la libertad humana desborda cualquier posible predeterminación, de lo contrario, no podría hablarse de auténtica moralidad.[41]

En la didáctica juega un papel fundamental la erotemática, que involucra cierta interacción con los educandos. El papel del diálogo es retomado por Kant y no es extraña la analogía con el método socrático de preguntas y respuesta por parte del discípulo hasta llegar a un concepto satisfactorio sobre el tema que se analiza. Este método también se usa bajo la guía de un catecismo33 en donde se interroga al estudiante sobre cuestiones precisas previamente enunciadas.

Nuestro filósofo hace además énfasis en que uno de los principales aspectos que el maestro debe tener en cuenta es el ejemplo que muestra a sus educandos a través de su propia conducta y la de diversos personajes de la historia. A esto lo denomina el modo experimental de enseñanza.[42]

Este aspecto de la didáctica al incluir el examen de los actos de otros hombres, desarrolla el juicio moral. Además, por medio de la imitación el niño empieza a determinar su voluntad hacia la adopción de actitudes moralmente correctas. Aquí es importante recalcar que la conducta ejemplar no tiene que apreciarse como un modelo sino como una muestra de que el cumplimiento del deber es posible.[43] 



[1] Revista Intercontinental de Psicología y Educación, Universidad Intercontinental México, Hombre, moral y ciudadanía, en Jean-Jacques Rousseau, Blanca Flor Trujillo Reyes, 2009.

[2] Fragmentos de filosofía, la educación moral según Kant, Rodrigo Ocampo Giraldo, Universidad autónoma de occidente, Colombia, 2011.

[3] Entre la escalera ascendente y la espiral recurrente, Los procesos de adquisición de, conocimiento en tiempos de textos e hipertextos 1, Félix Temporetti.

[4] Argumentos y relatos: dos formas de interpretar y construir la realidad desde la escuela. Félix Temporetti Revista del Colegio del Pilar. Número 5, Buenos Aires Noviembre 1999.

[5] Idem4.

[6] Ídem 5.

[7] Ídem 6.

[8] Ídem 7.

[9] Ídem 8.

[10] Temporetti, Félix (2016) Revolver la educación. Seminario Psicología (y) educación. Postgrados Educación. UADER. UNR. UNL.

[11] Ídem 10.

[12] Ídem 11.

[13] Ídem 12.

[14] Ídem 13.

[15] Ídem 14.

[16] Ídem 15.

[17] Ídem 16.

[18] Ídem 17.

[19] Ídem 18.

[20] Ídem 19.

[21] Ídem 20.

[22] Pensamiento Educativo. Revista de Investigación Educacional Latinoamericana 2014, 51(1), 35-45¿Qué es Bildung? El eterno atractivo de un concepto difuso en la teoría de la educación alemana.

[23] Temporetti, F. (2017) Psicología & educación. La psicología y lo psíquico.

[24] Ídem 23.

[25] Universidad Nacional de Entre Ríos - Facultad de Ciencias de la Administración Carreras: Profesorado en Ciencias Económicas y Profesorado en Informática Asignatura: Teorías Psicológicas de la Educación - Trabajo Final.

[26] Revista Intercontinental de Psicología y Educación, vol. 11, núm. 1, enero-junio, 2009, pp. 77-94, Blanca Flor Trujillo Reyes

[27] Ídem 26

[28] Ídem 27.

[29] Ídem 28

[30] Ídem 29.

[31] Ídem 30.

[32] Ídem 31.

[33] Ídem 32.

[34] Ídem 33.

[35] Ídem 34.

[36] Ídem 35.

[37] Ídem 36.

[38] Ídem 37.

[39] Ídem 38.

[40] Ídem 39.

[41] Ídem 40.

[42] Ídem 41.

[43] Ídem 42. 

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