el show sin sentido - Parte III-
Un
lineamiento es una tendencia, una dirección o un rasgo característico de algo.
Por ejemplo, un presidente puede tomar una decisión y afirmar que respeta su
“lineamiento político”, es decir, que se encuentra en sintonía con su ideología
o con su partido político.
El
término también puede ser utilizado como un conjunto de órdenes o directivas
que un líder realiza a sus seguidores o subordinados. Siguiendo con el ejemplo
político, un mandatario puede pedir la renuncia a un ministro que actúa en
forma contraria a su lineamiento.
No
obstante, si un líder o un presidente o un ministro o un jefe o un encargado
sigue un lineamiento sin argumentos ni fundamentos: ¿Se le debería seguir?
Si la
tendencia que promulga el líder es negativa; ¿es necesario callar? Si la
tendencia que promulga el líder es negativa; ¿se debe omitir su tendencia?
Claramente si callas ante una tendencia negativa te vuelves cómplice,
encubridor, coautor, culpable y secuaz de los efectos o resultados de esta
tendencia.
Sin olvidar que cualquier tendencia no goza de buena reputación. Ya que una tendencia es algo efímero, pasajero sin base alguna. Una tendencia podría ser sinónimo de chisme. Y los chismes jamás han construido naciones. Al contrario, las destruyen. El chisme debe ser abortado de cualquier organización e institución. Pero al parecer aún no se tiene conciencia de esto.
Sin olvidar que cualquier tendencia no goza de buena reputación. Ya que una tendencia es algo efímero, pasajero sin base alguna. Una tendencia podría ser sinónimo de chisme. Y los chismes jamás han construido naciones. Al contrario, las destruyen. El chisme debe ser abortado de cualquier organización e institución. Pero al parecer aún no se tiene conciencia de esto.
Por otro
lado, si omites, prescindes, desechas, excluyes, quitas o suprimes el valor que
una tendencia debería tener. La omisión conlleva al olvido. La omisión es dejar
que algo pase. A tu lado, en tu vecindario. Pero como no se meten contigo
aunque pase al lado tuyo no es tu problema. Por tanto, la omisión también
conlleva a ser cómplice, encubridor, coautor, culpable y secuaz de los efectos
o resultados de una tendencia. Y si la tendencia es negativa claramente la
omisión te hace protagonista de la misma. De forma negativa por supuesto.
¿Qué hacer
frente a una tendencia? Claramente la idea es cuestionarla. Y cuestionarla
siendo año 2018 aun es vista de manera negativa. Ya que, quien cuestiona
corrompe el poder, la autoridad, la disposición. Lo que no sabe quién no
cuestiona es que es en el propio cuestionamiento donde se aprende. Se conoce. Se vive. Se existe.
El cuestionamiento
conlleva a la discusión. La discusión genera conocimiento. Que no es lo mismo
que la información. La tendencia tiene entre otros efectos la información. Pero
la información no se discute. y si no se discute tiene efectos negativos. Ya que, no se socializa. Se cree. No se piensa. En cambio, el cuestionamiento si tiene efectos
positivos: se piensa, se socializa.
El
cuestionamiento provoca conocimiento. Ya que, el cuestionamiento obliga a la discusión.
Al dialogo. Pero no a cualquier discusión o dialogo. El dialogo obliga a
proponer las ideas y hacer de ellas una construcción inicial, intermedia o
final.
Quien no
cuestiona no avanza. Ya que, quien no dialoga no tiene otra opción que ser
comandado solo por las ideas de otro.
Quien no
cuestiona no avanza. Ya que, el dialogo da entre otro efecto la creatividad. La
creatividad por excelencia genera nuevas rutas. Nuevos caminos. Nuevas dimensiones.
Nuevos conocimientos.
Quien no
cuestiona muere. Ya que, naturalmente y desde muy pequeños estamos adheridos a
conocer y reformar lo que está hecho. Porque naturalmente somos creadores. Sino
que, por alguna razón a cierta edad de nuestro desarrollo Bio-Psico-social nos
hemos visto en la obligación de creer ciertas tendencias sin pensar si es
correcto o no.
Quien no
cuestiona sufre. Y claro, porque se ve influido por la masa. La masa piensa en
cantidad no en calidad. Quien piensa construye calidad. Quien piensa y no
cuestiona sufre ya que lo obliga a ocupar el desarrollo del pensamiento
dependiendo de cuantos lo hacen o no. Por tanto, entre más piensen una idea esa
idea podría ser verdadera como falsa. Pero, la calidad de un pensamiento no está
en la cantidad. Sino que está en la calidad de sus argumentos, fundamentos, demostraciones,
tesis, manifestaciones y explicaciones.
Quien no
cuestiona lo obvio sigue la marea de la ignorancia, del oscurantismo, del
analfabetismo racional, moral, ético y emocional.
Quien no
cuestiona lo obvio muere en la barbarie. Muere en el retraso. Muere en la
soledad. Muere en la oscuridad de haber querido trascender. Pero que no lo
logro por miedo.
Finalmente,
quien no cuestiona lo obvio logra someterse a las ideas y pensamientos de
otros. De otras banderas, de otros lineamientos, de otras ideologías, de otras construcciones
que no son las tuyas pero que das por ciertas. Das como verdaderas.
El detalle
es que cada uno de nosotros nació con un pedazo de verdad y de casi certeza. Certeza
y verdad que si las colocamos en el ejercicio del dialogo nos puede llevar por el
camino del conocimiento.
Y tal vez,
de la felicidad.
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