São Martinho - dedicado a mis amigos de PORTUGAL-




         

           Roma ha olvidado su humanidad. Desde algún tiempo todo los que formamos  este gran plan llamado Roma hemos dejado atrás y en el olvido, la verdadera posibilidad de realizar cambios. Cambios diarios no a corto ni largo plazo. Sino que cambios inmediatos, detalles que cambian el diario vivir.
Es difícil encontrar buenas acciones sin esperar nada a cambio. Actualmente las buenas intenciones terminan en trueques. No obstante, existen acciones que no ameritan una compensación. Suele llamarse empatía. Y la empatía es colocarse en el lugar del otro. Colocarse en el lugar del otro implica ayudar. Sin esperar nada  a cambio. Sin esperar recompensa.
El accionar del hombre debe estar inmerso en la posibilidad de perturbar la mente del otro y llevarlo a otro nivel. El accionar de hombre debe permitir que una acción lleve a una mejor acción. Esto significa entre otras cosas no quedarse solo en discursos, palabras, política, labia, sino que debe la palabra estamparse en la acción. En la bondad. En ser humano propiamente.
La vida está llena de detalles que a veces no alcanzamos a leer producto de que nuestra mente se ocupa de insignificantes  situaciones. Y finalmente, los detalles hacen que la vida sea más vivible. Y visible.
Ayer, mi comandante me envió a un área de Portugal donde se iba a decapitar a un hombre inocente. Mi comandante después de investigar minuciosamente el caso descubrió de que quien había sido acusado como culpable, no lo era realmente. Mi misión era un viaje de cuatro días y contactarme con el capitán para que el ajusticiamiento no se llevara a cabo. Prepare mis cosas y partí. Como era otoño tuve que llevar ropa extra ya que mi viaje implicaba que me encontraría con frio. Sobre todo en la noche.
El primer día descanse al atardecer. Los valles de Portugal son hermosos y cada uno de sus parajes son un poema a la fe y la esperanza. Si dios estuvo aquí lo impregno de bondad. De amor.
Dormí sin problemas. Y desperté al segundo día con mucho frio por lo cual me arrope. Desayune y emprendí mi viaje. Después de unas horas al final del camino – hasta donde podía ver-  mi caballo se inquietó. Mis abuelos contaban que en esas zonas aparecían fantasmas o sombras extrañas. La verdad es que yo nunca había tenido contacto con ese tipo de fenómenos.
Logre divisar que lentamente se acercaba frente a mí una especie de sombra. Desenfunde mi espada y lentamente comencé al encuentro con las historias que mis abuelos contaban. No lo podía creer. Seria real lo que mi familia relataba.
Ya casi al lado de la sombra descubrí que no era ninguna especie de peligro. La sombra se transformó en hombre provisto de un precario ropaje. Guarde mi espada y escuche lo que me decía:
-        Buenas tardes. Por favor, tengo mucho frio. Usted tendría un abrigo. Las noches están muy crudas. No tengo con que arroparme.
-          Buenas tardes – respondí-
-          No sea mala persona. Ayúdeme por favor.
-          Por supuesto – añadí- pero que hace una persona como usted tan alejada del pueblo. Por qué no va y pide que le ayuden.
-          No puedo. El pueblo no me quiere.
-          No se preocupe.
Tenía ropa. Pero no había traído lo suficiente como para regalar. Si mi comandante hubiese venido lo hubiera ignorado. O hasta matado. Busque en mi bolso y lamentablemente no había nada. Lo que significaba que mis cosas se habían quedado en el lugar donde había dormido la noche anterior. Mire a la persona que me pedía ayuda. Mire como estaba yo vestido y me dije; bueno hay cosas peores. Como la muerte.
Mi nombramiento de capitán incluía la utilización de una gran capa roja. Esta capa de grueso telar me ayudaba a no sentir frio. Cogí un área de mi capa y corte lo necesario para donar a la persona que requería un pedazo de calor.
-          Gracias señor. Espero que lo que hace usted se devuelva con abundancia.
-          Tranquilo señor- respondí- cuando usted tenga replique este comportamiento. Hoy estamos aquí. Mañana no lo sabemos.
-          Muchas gracias mi señor.
-          Hasta luego.
Proseguí mi camino dándome cuenta que el otoño ya comenzaba a hacer de las suyas. Un leve frio entraba por mi espalda y acariciaba irónicamente todo mi cuerpo. Empecé a sentir un poco de frio. Lo que me conllevo a terminar por ese día mi ruta.
Nuevamente dormí con tranquilidad. La fogata que hice ayudo mucho. Por qué el frio ya dolía. Al despertar la fogata aun ayudaba con el frio. Desayune y emprendí nuevamente mi viaje.  Pero esta vez me asegure de no olvidar nada de mis cosas esenciales para el viaje.
Estaba a dos días de mi destino. Apresure el paso. Ya que, de mi dependía la vida de una persona. El frio se hizo presente otra vez. En varios momentos del camino tuve que parar y moverme para entrar en calor.
Estaba a un día y medio de mi destino. Mi caballo también sentía frio. Comenzó a llover. Los truenos se hicieron presentes. La lluvia también. Los relámpagos también. Y una persona también.
A mi derecha sin darme cuenta me había estado acompañando desde algunos minutos una persona casi desnuda con su mano estirada. Pare y pregunte.
-          Que paso señor. ¿En qué le puedo ayudar?
-          Por favor ayúdeme, siento mucho frio.
Recordé que ya había regalado un pedazo de mi capa y que había olvidado todo lo demás. No obstante, no podía dejar así al señor. Sin pensarlo dos veces nuevamente corte un pedazo de mi capa roja y la entregue. El tiempo corría. La vida de una persona dependía de mí.  El señor me agradeció y dijo:
-              Gracias señor. Espero que lo que hace usted se devuelva con abundancia.
-              Tranquilo señor- respondí- cuando usted tenga replique este comportamiento. Hoy estamos aquí. Mañana no lo sabemos.
-              Muchas gracias mi señor.
-              Hasta luego.
Y cuando le dije hasta luego recordé que en el encuentro con el señor anterior habíamos tenido el mismo dialogo. De todas formas proseguí mi camino y no me detuve a descansar. Ya que, la vida de una persona dependía de mí.
La lluvia se hizo más dura, el frio más crudo y el viento más enérgico. Volví a sentir frio. Mucho frio. Y de pronto mi caballo se agacho. Se acostó y murió.
Preocupado por la escena pare unos minutos. Revise mi situación. Evalué como llegar y nuevamente emprendí el viaje. Pero esta vez caminando.
Solo sentía frio. Jamás había estado en una situación similar. Ya casi a mediodía de mi destino comencé a caminar más lento. El frio era indescriptible. Me dolían las manos y mis pies. Recordé que de no haber regalado partes de mi capa roja no sentiría el frio. Pero también recordé que las personas necesitaban un poco de calor.
A casi dos horas de mi destino. Caminando más lento de lo normal y casi al borde del colapso mire al cielo. Pedí calor. Pedí ayuda. Pedí refuerzos. Pedí fuerza. Pedí esperanza. Pedí confianza. Pedí comprensión. Pedí valentía. Pedí coraje. Pedí valor. Y pedí determinación.  
Como por acto de magia el viento ceso. La lluvia desapareció. El frio se alejó. Y una luz de calor comenzó a inundar mi caminar. Pare. El valle por donde deambulaba fue abrigado por la luminosidad de la naturaleza. Pura y casta. El valle por donde deambulaba se entregó a los escritos de quien con pluma a veces escribe para ti. Sentí el calor en mi cara, mi cuerpo, mi alma. ¿Quien estuvo detrás de eso? ¿Era una oportunidad nueva para vivir?
Podría haber muerto ¿Por qué no morí? Podría haber caído al suelo ¿alguien me hubiese recordado?
Llegue a destino. Recuperado. Lleno de esperanza. El hombre que era inocente estaba a punto de morir. El verdugo solo esperaba la orden del capitán. Comencé a gritar que ese hombre era inocente. Que había sido todo una confusión. El capitán a cargo inmediatamente paro la ejecución. Le explique los hechos. Los entendió y ceso el destino del hombre inocente.
A lo lejos,  el inocente hombre solo me miro. Sus ojos llenos de bondad se posaron en mí. No hablo, no dijo nada. Me acerque. Solo me abrazo. Solo lloro. Solo se alejó. Solo vivió.
Y nuevamente comenzó a llover.


Un abrazo… En donde estén… Rodrigo




Comentarios

LO MAS VISTO

Hablemos un poco de Psicología: Manipulación vs Liderazgo. - Parte I-

El Enfermo / Parte I

GUERREROS CELESTES - Dedicada a los nadadores del mundo - Parte I -

El agradecimiento

Hablemos un poco de psicología - Parte III - ¿ Para que tanto Flow y maluma baby ?

Historias de ángeles. .Parte II. -Amanda-

Arquetipo. 2.1.

Arquetipo 2.8 - Mentira -

El espectro - Parte II -

Muchas Gracias