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Infausto - Parte I -

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         ¿Para qué levantarme? ¿alguien se daría cuenta? No creo. Pienso que nadie notaria mi inasistencia en el trabajo. ¿al menos sabrán que trabajo ahí? No creo. A veces, paso por el pasillo antes de sentarme en el escritorio. Saludo. Y nadie me dirige la palabra.            Ni siquiera un gesto. El gesto es importante. Según los científicos los seres humanos poseemos unas neuronas que se llaman de espejo. O neuronas espejos. Ellas, las neuronas, cuando son producidas por un cuerpo y un alma producirían en otro cuerpo y alma la misma respuesta. Por tanto, si un cuerpo y alma me sonríen; uno sonríe. Si un cuerpo y alma llora; uno llora. Si un cuerpo y alma saluda se esperaría que te saludaran. Pero, a mí nadie me saluda y, por tanto, no puedo activar mis neuronas espejo.           Me siento en mi escritorio. Es lunes. El día más aburrido de la semana. Aunque en los últimos seis meses los lunes, martes, miércoles, jueves, viernes, sábados y domingos pareciera que fueran

Poesía Improvisada - Departamento-

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.Departamento. Que hacer en un departamento?, Mirar el techo, sentir las conversaciones del vecino?, Observar los otros edificios? Dormir sin el tiempo y el espacio de tu lado? Olvidar? Cantar? Soñar? En un octavo piso? Saltar por balcón?   Buena idea, saltar por el balcón. Pero, no podré volver, Si salto no se puede volver. Pero puedo hacer saltar las ideas Las que no sirven, Las que duelen, Dejar ir las ideas, Al final, las ideas son tan potentes como un golpe, Pero las ideas duelen más, Y si hago que se suiciden las ideas que no me dejan, Como las mato? Las dejo en la frontera de lo real y lo fantaseada? Las dejo en la frontera del olvido? Olvidar es bueno, pero cuando recuerdas duele con más fuerza. O solo las dejo ir? Que salgan a través del llanto? Que salgan a través de la ira? Que salgan a través de la rabia? O pienso en cualquier cosa mientras se apoderan de mis hem

El imbécil - Parte I -

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                               El enfermo tenía un gran amigo; El imbécil.  Aunque el enfermo no era tan amigo como el imbécil del enfermo. ¿Cuál es la única obligación que tenemos en esta vida? No ser imbéciles.  El imbécil puede ser todo lo ágil que se quiera y dar brincos como una gacela, no se trata de eso. Si el imbécil cojea no es de los pies, sino del ánimo: es su espíritu debilucho y cojitranco, aunque su cuerpo pegue unas volteretas de órdago. [1]                 El imbécil desde pequeño tuvo problemas en el desarrollo insuficiente de su autonomía. El imbécil había desarrollado una necesidad patológica del reconocimiento ajeno. Cada cinco minutos el imbécil preguntaba a quien estaba presente si sus pensamientos o divagaciones eran las correctas o no. Lo peor del caso es que el imbécil a pesar de estar equivocado en su entretejido ideático trataba de convencer a quien le escuchaba de que estaba en lo cierto. El imbécil, en este sentido se hizo experto en manipular me

No es común que los deseos inconscientes coincidan con los de la realidad.

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Es raro. Pero he soñado tantas cosas en mi vida. Al igual que tú. He soñado que soy piloto de avión, artista, cantante, medico, bombero, ayudante de chef, súper héroe, imbécil, idiota, entre otros sueños. También he soñado que vuelo, que hago grandes cosas por los demás, que me rio, que camino alegremente por la calle, que lloro y que duermo. Han soñado que duermen. Es raro, pero a veces sucede. ¿has despertado en un sueño, pero sigues soñando? Raro, pero también a veces sucede. Pero también he tenido sueños simples, como ser presidente, un buen político, una buena persona, un gran líder, un revolucionario, una persona, un sujeto, un ser humano. He soñado que soy ser humano. Y es uno de los mejores sueños ya que la libertad y la creatividad son parte de la base de esos sueños. Los sueños son deseos inconscientes. Y claramente, no es común que los deseos inconscientes coincidan con los de la realidad. Pero a veces, y solo una parte de los sujetos lo logran: hacen que los