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El Enfermo - Parte VI - Parte Final - dedicado a mis amigos de Alemania

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                El enfermo no tenía remedio. Jamás cambiaría. Jamas se arrepentiría. Seguía utilizando a los demás como escudo para sus faenas. Durante las noches el enfermo pasaba largas horas intentando hacer encajar lo que decía, lo que pensaba y lo que haría. Claramente se mentía a sí mismo, mentía a los demás y construía mentiras sobre mentiras. No obstante, alguien siempre le creía.                 E l enfermo se sentía excesivamente preocupado o innecesariamente responsable de algunas cosas, tenía   preocupaciones crónicas e irracionales sobre la suciedad y los gérmenes o sobre contaminarse de alguna manera, experimentaba constantes impulsos agresivos; sin embargo, estos impulsos solían   manifestarse como imágenes intrusivas en su mente, pero no siempre se convertían en acciones, también veía imágenes inapropiadas, desagradables e indeseadas de carácter sexual y/o religioso, sentía preocupaciones excesivas e irracionales sobre el orden, la disposición y/o la simetría de lo

El imbécil - Parte I -

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                               El enfermo tenía un gran amigo; El imbécil.  Aunque el enfermo no era tan amigo como el imbécil del enfermo. ¿Cuál es la única obligación que tenemos en esta vida? No ser imbéciles.  El imbécil puede ser todo lo ágil que se quiera y dar brincos como una gacela, no se trata de eso. Si el imbécil cojea no es de los pies, sino del ánimo: es su espíritu debilucho y cojitranco, aunque su cuerpo pegue unas volteretas de órdago. [1]                 El imbécil desde pequeño tuvo problemas en el desarrollo insuficiente de su autonomía. El imbécil había desarrollado una necesidad patológica del reconocimiento ajeno. Cada cinco minutos el imbécil preguntaba a quien estaba presente si sus pensamientos o divagaciones eran las correctas o no. Lo peor del caso es que el imbécil a pesar de estar equivocado en su entretejido ideático trataba de convencer a quien le escuchaba de que estaba en lo cierto. El imbécil, en este sentido se hizo experto en manipular me

El Enfermo. Parte II. Dedicada a mis amigos de Alemania

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Un amigo del enfermo, un día, intento saber que profesión tenía. No encontró profesión alguna. Ni siquiera poseía un oficio. No obstante, el enfermo creía ser albañil, carpintero, electricista, plomero, pintor de obras, técnico en calefacción y aire acondicionado, yesero, herrero, instalador de paneles solares, constructor, operador de maquinaria pesada, chef, cocinero, panadero, pastelero, carnicero, pescadero, camarero, confeccionista de helados, repostero, médico, enfermero, técnico de emergencias sanitarias, odontólogo, fisioterapeuta, psicólogo, farmacéutico, dietista, técnico en radiología, técnico en laboratorio clínico, profesor, maestro, tutor, pedagogo, psicopedagogo, músico, actor, fotógrafo, programador, ingeniero en sistemas, técnico en redes, diseñador web, desarrollador de software, administrador, especialista en Ciber seguridad, mecánico, marinero, reparador de bicicletas, vendedor, agente de seguros, asesor de ventas, científico, biólogo, químico, astrón