Cartas A Dios / XIV / ¿Dónde esta el algoritmo humano?

Querido Dios: Es con mano temblorosa que me atrevo a escribirte desde mi rincón olvidado de una ciudad sin rostro, donde ya no resuena la risa humana ni el murmullo casual de encuentros. En esta era congelada en el algoritmo, me encuentro solo – aterradoramente solo-, aunque rodeado de pantallas que parpadean como ojos de muertos. ¿Fue tu voluntad que nos deslizáramos, generación tras generación, hacia una oscuridad sin carne, ni calor, hacia la sustitución de la mirada por el icono, de la voz por la notificación, del tacto por clic frío de una máquina que no duerme? Todo contacto humano se ha vuelto remoto, simulado, filtrado por redes sociales e invisibles que nos prometen conexión, pero nos entregan encierro en nuestra jaula del alma. Desde muy temprano las calles están vacías, las plazas sin vida, y las voces se hacen eco solo en cámaras virtuales donde nadie se toca, nadie respira el aliento del otro, nadie tiembla ante el roce de una piel que no es la suya. ...