Hablemos un poco de psicología: el núcleo de la Tierra se ha detenido y gira en sentido contrario. ¿Cómo deberíamos comportarnos?
Acostumbrados a los desastres naturales de la mano de grandes directores de cine como Terremoto (Earthquake, 1974), El día después (The Day After, 1983), Armageddon, (1998), El núcleo (The Core, 2003), Contagion (Steven Soderbergh, 2011), Volcano (Mick Jackson, 1997), Melancholia (2011), y las más actual, Don’t Look Up (Adam McKay, 2021), no se espera una imagen, percepción o sensación de un futuro muy alegre. O a lo menos, esa es la sensación de la gente cuando se habla acerca de estos fenómenos. Se asoma el miedo, la angustia, la ansiedad y la desesperación.
Pero, pasando de Hollywood a la realidad que compartimos;
¿Cuáles son los efectos de que el núcleo de la Tierra se haya detenido e
incluso podría estar girando en sentido contrario a la superficie del planeta?
Según un estudio publicado en Nature Geoscience, el nivel
del mar, el clima y la duración del día (posibilidad de que se acorten en unas
fracciones de segundo) se verían afectados, este fenómeno duraría 70 años,
afecta el campo gravitatorio, aumentaría la temperatura, y en otros términos se
produciría un “retroceso gradual”, es
decir, un devolverse al inicio, o sea, un empezar de nuevo.
La Tierra, nuestro planeta, tiene sus ciclos y sus
propias manifestaciones que entre reggeton, política, economía, peleas entre
famosos, y corrupción a veces no
alcanzamos a percibir. Y como no, si todos los días estamos bombardeados en las
redes sociales privadas como públicas de “solo percepciones” y enteramente
construidas de “subjetividad” a veces ilegible o incomprensibles (donde todo
cabe, donde todo es válido) que terminamos creyendo sin cuestionar. Porque
somos vagos, porque nos da pereza leer, porque nos da pereza investigar o
sencillamente porque nos da pereza encontrar algo positivo a tanta angustia y
ansiedad. Y si, preferimos siempre una mala noticia que una buena noticia. Además,
LAS BUENAS NOTICIAS NO VENDEN. LAS MALAS NOTICIAS VENDEN; culpa del
conductismo.[1]
No obstante, la naturaleza tiene formas muy extrañas de
conectarse con nosotros; sus hijos. ¿Sabías que la Tierra también es un ser
vivo? Y como ser vivo también se manifiesta.[2]
Que se manifieste significa que también existiría una interrelación
entre sus procesos y los procesos que nosotros los seres humanos construimos,
deformamos o ayudamos a su propio desarrollo.
Como sé que no te gusta leer intentare ser muy preciso
con la idea que te traigo.
El núcleo de la Tierra se ha detenido y gira en sentido
contrario. ¿Cómo deberíamos comportarnos?
La naturaleza de la Tierra y sus procesos indican que nuestro
mundo ha iniciado en su núcleo una vuelta, un retroceso gradual, un recomenzar,
un todo de nuevo, y hace que la misma naturaleza se encargue de demostrarnos
con sus fenómenos climáticos y planetarios – a través de violentas
transformaciones en el clima – que podríamos ser mejores. Que aún hay tiempo
para cambiar, que aún hay tiempo para transformarnos, que aún hay tiempo para
generar conciencia, que aún hay tiempo para darnos cuenta de lo verdaderamente importante,
que aún hay tiempo para no concentrarnos en lo que no vale la pena. Sería como
que la TIERRA nos estuviera diciendo; “hey, despabila, despierta, abre los
ojos, e inténtalo de nuevo, pero mejorado. Haz de alguna vez conciencia de la
vida y de sus procesos”
Los llamados de atención de la Tierra son importantes y
no es la primera ni la última vez que lo hará. Podemos temer a los cambios pero
jamás dejar de observar el sentido o el mensaje que la Tierra nos envía. Ese es
el verdadero ejercicio de un hombre o mujer sano; encontrar el mensaje en este
sentido que nos envía la naturaleza.
Todo esto en un ejercicio de interpretación porque claro
esta si estás leyendo esto podrías incluso pensar que me volví loco. Y como no,
si estás pensando: Rodrigo piensa que la Tierra le habla. La pregunta sería; ¿y
por qué no? O, ¿y si fuera así?
Pero la Tierra no solo me hablaría mí sino que a todos
los que estén dispuestos a escuchar. A todos sus hijos.
Alguna vez la naturaleza fue DIOS. Después dios fue el
padre de alguien llamado Jesús. Después Dios y Jesús pasaron a las iglesias de
todo el mundo, más tarde Jesús y dios fueron castigo y recompensa y hoy, Jesús
y dios cada vez están mas lejos o preocupados de los procesos de los humanos. Por
un lado por que perdieron el interés en nosotros o sencillamente porque dejamos
de creer en ellos.
De cualquier modo la naturaleza es sabia, hay que
aprender a escucharla y entenderla.
Así que, que el núcleo de la Tierra – el corazón - se
haya detenido y gire en sentido contrario no necesariamente debería ser caos y destrucción
sino más bien una segunda oportunidad que nuestro hogar nos da para ser
mejores, cambiar, transformarnos y generar más conciencia de nuestra propia existencia
y la de los demás.
[1] Propuesto
por el psicólogo estadounidense John Broadus Watson a inicios del siglo XX. Watson
se basó en el estudio de la conducta humana observable e identificó que ésta
modifica el comportamiento de los individuos tras un proceso de estímulo,
respuesta y refuerzo que finaliza con el aprendizaje. De allí que el
conductismo enfatiza que el objeto de estudio no es la conciencia, sino las
relaciones que se forman entre los estímulos y las respuestas que dan origen a
nuevas conductas y comportamientos observables.
[2] https://medioambiente.nexos.com.mx/la-tierra-viva-hipotesis-gaia/
Comentarios
Publicar un comentario