Diario de un desvinculado - invierno- Primera semana - El Enojo y la Ambición ( la ira y la avaricia)

 



Papá.

Tengo mucha ira

 

 

-          Tienes que volver al origen.

-          Al origen de que papá?

-          De ti mismo.

-          Cómo?

-          Recordando.

-          Que cosa?

-          Como eras antes de entrar a trabajar a ese lugar.

-          Una especie de regresión?

-          No necesariamente. Pero si una especie de reflexión.

-          De reflexión?

-          Sí. De volverte sobre ti mismo. Recordar el origen es volverse sobre sí mismo.

-          No te entiendo.

-          Pienso que ante cualquier actividad siempre hay un inicio un desarrollo y un final. Pero son dos tipos de ejercicios. Por un lado está el ejercicio racional – que es el más fácil porque es técnico- y por otro lado está el ejercicio emocional – que es fácil pero de difícil alejamiento-. En tu caso, lo técnico o la técnica no te cuesta sino que más bien es el lado emocional el que te tiene conmocionado.

-          Es verdad papá.

-          Además, que de pequeño eras muy mal genio. Cuando te enojabas rompías cosas, y a veces te pegabas en la cabeza, demasiada pasión pienso yo.

-          A quien salí, de quien herede eso?

-          De  ti mismo. Tal vez, era tu forma de elaborar cosas. Enojándote contigo mismo. Pero, por que en vez de sacar las cosas te las guardas?

-          Tengo esa maldita costumbre papa. Esa puta mala costumbre.

-          Las malas palabras por favor.

-          Perdón…

-          Haces muy mal en juntar tanto. Mal. Muy mal. Los hombres también lloran o se emocionan.

-          Lo sé y no lo práctico. Tengo la maldita costumbre de juntar, de juntar y de juntar más hasta que al final estallo.

-          Mira, que  desde pequeño al parecer hacías eso. He ahí que cuando te frustrabas o te pegabas en la cabeza o rompías todo. Mucha rabia contenida.

-          Demasiado colérico. Es que sabes porque soy así papa.

-          No. No lo sé.

-          Porque me comprometo tanto con algo. Me empapo tanto con algo. Me  implico tanto con algo, me involucro tanto con algo, que cuando falla me duele hasta el alma.

-          Entiendo, algunos realizan lo mismo que tú con el amor, con la música, con el arte, tú lo elegiste con el trabajo.

-          Exacto.

-          Pero tranquilo. Mira queda la tranquilidad que hiciste lo mejor. Tú siempre has sido muy reflexivo. Ocupa esa herramienta para que rescates dentro de tu tristeza las veces que hiciste vibrar a alguien con tus palabras. ¿Sabes que no todos tiene ese don? Obviamente lo heredaste de mí – ríe-. Hijo, cuando uno hace las cosas correctas duerme bien. Sin sobresaltos. Te queda la tranquilidad que entregaste todo. Pero todo. Sabes que hay dos formas de llorar, si es que habláramos de futbol, al entrar a la cancha y perder. Esta el primer momento de llorar por que perdiste y nada te salió, no pudiste jugar bien, estabas desconcentrado, hiciste todo pero todo, pero de todas formas perdiste. Ahí se llora de una forma. Pero, está el segundo momento que es el mejor; que es cuando dejas todo en la cancha pero todo y pierdes. Ahí tu corazón, tu cabeza y tu alma lloran pero entienden que hiciste lo que estuvo en tus manos. Por tanto, lloras de otra forma. Con la tranquilidad de que hiciste lo que estaba a tu alcance. Hiciste todo pero perdiste una batalla más no la guerra. Porque la vida continúa. Te levantas y sigues.

-          ¿Pobre, pero sin sobresaltos?

-          No. Sencillo,  natural, espontáneo, no presuntuoso, que obra sin doblez ni engaño, que carece de ostentación y adornos,  pero con la madurez racional y emocional de un hombre de bien. Yo te crie para eso. Al igual que a todos tus hermanos. Para ser un hombre de bien. ¿conoces hombres de bien? ¿conoces mujeres de bien?

-          Muy pocos.

-          …Y un hombre de bien muchas veces deja de lado el dinero en exceso, deja de lado la ambición, el ser codicioso o insaciable, pretencioso y arribista, para invertir en otras cosas que valen la pena.

-          ¿En qué?

-          En tu contenido. En tu formación. En tu interior.

-          Pero igual me despidieron- me pongo muy triste-

-          Tranquilo. Levanta la cabeza. Estás bien y el mundo continúa, respira profundo y a seguir luchando, sería tan fome – aburrida- la vida sin problemas.

-          Es que a mi edad debería tener dos autos, tres casas, mucho dinero y hace rato que tendría que haberte invitado a alguna especie de paseo internacional.

-          Es que elegiste el camino de la austeridad. Esa es otra característica tuya; siempre fuiste sencillo y sin alardes ni adornos superfluos y  a veces demasiado estricto en el cumplimiento de las normas morales. Por ejemplo, nunca robaste ni tu vida gira en torno a robar o a cometer actos ilícitos. Además, pasa otra cosa que no estas tomando en cuenta; te toco vivir, bueno, nos tocó vivir un momento en la historia humana muy complicada sobre todo en términos económicos. Lleno de enfermedad y corrupción.

-          Bueno… eso es verdad. Y; ¿saldré de esto?

-          Obviamente. ¿sabes dónde están los codiciosos?

-          No.

-          Casi todos en la cárcel.

-          Prefieres estar en la cárcel o caminar con plena libertad de tu integridad física, mental y emocional.

-          Lo segundo.

-          Claro está. Todo pasa. No olvides al final del día el mejor regalo de todos.

-          Cuál?

-          La vida. Existir. Vivir. Sonreír.

-          … - se me apretó la garganta y sentí como las lagrima querían salir-

-          Tu corazón es puro hijo. No te dejes apabullar por las sombras de lo que no importa. No te dejes apabullar por recuerdos sin sentido. Eres por ejemplo, un hombre muy creativo.

-          Creativo, pero sin dinero.

-          Si tu problema es ese. Yo te presto. Pero no es lo más importante. Yo no te crie para sufrir. Te crie para dar luz, esperanza, un abrazo, abrazos, motivación, a que llevaras la luz donde las sombras campean…a que llevaras la luz donde todo estaba perdido. A que llevaras esa misma luz a tu vida, a tu alma, a tus palabras.

-          ¿y si un día no estas para decirme estas cosas?

-          Ya las habré dicho. Y serán mi herencia para ti. Y cuando cantes o toques una melodía en guitarra ahí estaré. Y la luz, la alegría, la sonrisa pasara de generación en generación.

 

Ahí llore. Abrace a mi papa a través del celular. Porque por cuestiones de distancia no podía estar con él. Y le di las gracias más profundas que un hijo le puede dar a su padre. Como las gracias que alguna vez él también le dio al suyo.

 

 


continuara....






Comentarios

LO MAS VISTO

Hablemos un poco de Psicología: Manipulación vs Liderazgo. - Parte I-

El Enfermo / Parte I

GUERREROS CELESTES - Dedicada a los nadadores del mundo - Parte I -

El agradecimiento

Hablemos un poco de psicología - Parte III - ¿ Para que tanto Flow y maluma baby ?

Historias de ángeles. .Parte II. -Amanda-

Arquetipo. 2.1.

Arquetipo 2.8 - Mentira -

El espectro - Parte II -

Muchas Gracias