Historias de Terror: El Perfume
Una noche de navidad toco el momento de la entrega de regalos. Yo había traído mi regalo. Era un perfume. Pero tenía una particularidad. Su olor me provocaba nauseas. No sé por qué. Será cuestión de olores. De PH. Hay olores que nos encantan, nos atrapan, nos endulzan, otros nos despiertan, otros nos seducen, otros nos motivan, pero este olor me traía malos recuerdos: olía a cementerio. Ni siquiera recordaba quien me lo había regalado. Pero no me gustaba. Era extraño muy extraño ese olor. Olía a muchas flores al mismo tiempo puestas en agua y dejada a la deriva del olvido por unos meses. Era un olor que no soportaba. Sentados a eso de las once con treinta minutos ya todos estábamos preparados para intercambiar regalos. A las doce de la noche era el momento. Cenamos. Tomamos algunos tragos y conversamos de todo. Sin embargo, nos concentramos en lo mal que estaba el país. El país donde vivía era hermoso. Y fue próspero y lleno de vida, pero algo lentamente comenzó a torcerse le