Del libro: Refranes, reflexiones y refritos. Chapter 9 “En casa de herrero, chuchillo de palo" – Pamplinas. El herrero no necesita ni cuchillos de palos ni nada parecido. un buen herrero requiere de un hijo sano.
"En casa de herrero,
cuchillo de palo" es un refrán popular que se refiere a la paradoja de que
falten ciertas cosas en lugares donde deben abundar. Se utiliza para indicar
que suele faltar algo en el lugar donde es natural o fácil de hacer o
conseguir, o cuando los hijos no siguen la misma vía profesional de sus
progenitores. Por ejemplo, se puede aplicar a situaciones donde una persona es
especialista en algo, pero no aplica sus conocimientos o experiencia a sí
misma. El refrán también puede referirse a la actitud de aquellos que descuidan
en su casa las cosas con las que se ganan la vida fuera de ella.
Sin embargo, nos
concentraremos en la cita: “cuando los hijos no siguen la misma vía profesional
de sus progenitores”
Y si, suele suceder que los
hijos no siguen la misma línea ni de pensamiento, ni de gustos musicales, ni de
razonamientos generacionales que marcan una época.
Pero, ¿esto está bien?
¿Está mal?
¿Los hijos deberían ser
nuestra extensión?
¿De no hacerlo se producirían
conflictos?
De otro modo, ¿nuestros
hijos deben se la copia exacta de nosotros sus padres?
A veces, muchos padres se
lamentan por que sus hijos no siguen la senda o el camino “supuestamente”
destinado. Pero es ahí y justamente ahí donde un hijo se separa de su padre
para elegir un camino distinto, a veces mejor, a veces peor, a veces extraño, a
veces a mal traer, pero elegido libremente por una mente nueva que puede ser un
aporte a la sociedad. Ya que, un punto de vital importancia: “es que nuestros
hijos ven lo que nosotros no alcanzamos a percibir”
"En casa de herrero,
cuchillo de palo", a mi juicio, es una forma despectiva, poco sabia, poco
acertada, carente de razón, emoción, espíritu, alma y mente.
Como padres, no somos dueños
absolutos de nuestros hijos, sino más bien cuidadores temporales o responsables
de su crianza y desarrollo.
Implica reconocer que los
hijos no son posesiones, sino individuos con sus propias vidas, deseos y
destinos. Este enfoque fomenta el cuidado amoroso, la orientación y el apoyo
para ayudar a los hijos a crecer y desarrollarse, entendiendo que eventualmente
seguirán su propio camino en la vida. Es una forma de promover el respeto hacia
la individualidad y autonomía de los niños. Futuros adultos y protagonistas de
la sociedad.
Ser un buen padre implica
una combinación de factores. En el núcleo, implica amor incondicional y apoyo
hacia tus hijos. Pero va más allá de eso. Significa proporcionar un ambiente
seguro y estable para su crecimiento, fomentar su desarrollo emocional,
intelectual y social, y enseñarles valores sólidos como el respeto, la empatía
y la responsabilidad. Valores tan extraños y distorsionados en la actualidad
pero no por ellos sino que por los medios de comunicación masiva.
Un buen padre está presente,
escucha activamente, brinda orientación sin imponer y modela comportamientos
positivos. Es alguien que cultiva la confianza y el vínculo con sus hijos, pero
también establece límites claros y ofrece disciplina de manera justa y
compasiva.
Ser un buen padre no es
sobre ser perfecto, sino sobre esforzarse, aprender de los errores y crecer
junto con tus hijos, siempre con el objetivo de criar individuos felices,
seguros y éticos que puedan enfrentar el mundo con confianza.
Repito la última parte: “nuestro
deber es crecer junto con nuestros hijos, siempre con el objetivo de criar
individuos felices, seguros y éticos que puedan enfrentar el mundo con
confianza”
Ser feliz, seguro, ético y tener confianza, son las bases de un
ser humano sano, libre, emprendedor y capaz de cambiar y hacer evolucionar a la
raza humana.
Porque, de tantas veces que
me he equivocado odiaría que mi hijo fuera igual a mí y cometiera los mismos
errores.
Finalmente, “en casa de
herrero, cuchillo de palo” debería ser una celebración, una festividad, un aniversario,
un festejo o una gala.
Una grieta en el espacio y
tiempo en donde la generación anterior con todos sus errores y virtudes harán lo
posible para que las nuevas generaciones no cometan los errores que hasta ahora
nos tienen trabados y hasta a veces sin norte, sin fe, ni esperanza.
Estoy seguro que las nuevas
generaciones saldrán fortalecidas.
Jamás perderé la fe en
ustedes…
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