Feliz día del profesor
Miro mi armario. Reviso mi
ropa antes de ir a la universidad. Saco mi camisa, mis pantalones, mis
calzoncillos y mis zapatos. Plancho mi ropa porque no tengo empleada alguna. Y tampoco
me gustaría tener.
Me ducho, desayuno y repaso
en mi cabeza los contenidos que impartiré hoy. Termino de desayunar y he
olvidado algo. Mis calcetines. Voy nuevamente a mi armario. Busco mis
calcetines. Me los coloco y denoto que uno está roto. Tiene un orificio que
hace que toques la punta del dedo con el interior del zapato.
De no ser por este calcetín no
hubiese recordado que no tengo trabajo. De no ser por ese calcetín roto no me
hubiese acordado que hace un año fui despedido por whatsapp. Después de 10 años
de labores. No obstante, recuerdo lo mejor. O lo intento. Sino, terminaría con depresión
o algún intento de suicidio.
A mi mente se viene la idea
de que un profesor es maestro las 24 horas del día. Porque ser maestro no es lo
mismo que ser profesor como profesor no es lo mismo que ser guía.
Estoy solo en casa. Ya todos
han salido. Estoy un poco más viejo. Ya no tengo la misma energía. Pero sin
embargo, tengo ese espíritu de enseñar intacto en mis venas y espero que jamás se apague.
Me visto completamente. De todas
formas tengo cosas que hacer. Como por ejemplo el aseo, dar de comer a mis
mascotas, el almuerzo, limpiar los baños acompañado siempre de buena música. Y posteriormente
leer y escribir.
Pero, no me puedo sacar el calcetín
roto de mi cabeza. Pongo el calcetín roto frente a mi computadora, lo miro, lo
observo, y le escribo lo siguiente:
"Un
calcetín roto, abandonado en la esquina, dejo ser parte del par, al parecer ya
no cumple su función, es un calcetín muy bonito, con detalles que hacen
admirarlo, pero ahora solo es un trozo de tela maltrecha, que yace solitario
sin encontrar perdón.
Fue
un calcetín muy aventurero, tuvo grandes peleas, charlas y discusiones. Fue un calcetín
lleno de vigor, de amor, de desafíos, de travesías pero tal vez, una de esas
tantas aventuras lo llevó al descuido, al rompimiento, al desgaste, a la extinción.
Ese
calcetín recorrió muchos caminos, realizo grandes caminatas, vio grandes
cambios, en el exterior como en el interior, pero finalmente se desgasto.
Tropezó
en el camino?
O
el tiempo no lo perdono?
O
tan solo fue mala suerte por no creer en el dios que todos creen y que cada día
conlleva a más desilusiones, decepciones, desengaños, contrariedades, y
frustraciones.
Ese
calcetín ya dejo de ser moda, le es difícil proteger a los pies del frio, la
lluvia, los cambios de temperatura, y ya no es parte de cierta elegancia que
tanto importa.
Pero
pese a todo mi calcetín aunque esté lleno de soledad y desolación, no ha
perdido ni jamás perderá su dignidad, porque fue parte de un par, fue útil y
esencial, y en su memoria el otro calcetín siempre estará.
Por
eso, no te botare a la basura, porque fue por ti que aprendí a caer y
levantarme. Por tanto, mereces una
despedida con respeto y amor.
Porque
pese a que eres un calcetín roto, entregaste desde que te conocí alma, corazón y
amor. Mucho amor."
Después de terminar de
escribir prendí un cigarro y me tome un café bien cargado para comenzar el
nuevo día con gracia, cariño, amor, alegría y esperanza.
Porque quien dedicó su vida a ser profesor: jamás
renunciara a tan noble tarea.
Feliz día a todos mis amigos
profesores y especialmente a mis ex estudiantes.
Con cariño
Rodrigo
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